lunes, 8 de noviembre de 2010

La Felicidad y el asunto del “Filioque”:

La palabra “Filioque” viene del latín y significa “y el Hijo” y está referida al añadido que hizo la Iglesia Católica de Occidente (Concilio de Toledo 589 DC), al Credo de Nicea, es decir, a esa oración cuya autoría se le atribuye a los “Apóstoles” (aparentemente desde el siglo 4 DC), cuyo texto referido al Espiritu Santo decía: “Et Spiritum Sanctum, Dominum, et vivificatem: qui ex Patre procedit” (Y en el Espiritu Santo, el Señor, dador de vida, quien procede del Padre....”. Añadiendo que procede no solo del Padre sino también del Hijo.
Este cambio se fue esparciendo por Europa y en el Siglo III trató de eliminarlo de los cantos en la Misa el Papa León III; pero en el año 1014 fue adoptado por Roma (entiéndase la Iglesia de Occidente). Hoy por hoy los anglicanos y los protestantes están del lado de occidente.
De lado de los Ortodoxos (Iglesia Oriental), apareció Photios I (griego) quien fue Patriarca de Constantinopla desde al año 858 al 867 y del 877 al 886, quien se quejó del cambio y que sirvió, entre otras, de excusa, para la separación de la Iglesia, años después, y siguió siendo un obstáculo para los intentos futuros de reunificación.
La crítica surge del hecho de incluir algo que no estaba allí y es que el Espiritu Santo también proviene del Hijo. Esto para mí resulta absurdo, porque si creemos en el dogma de la Santísima Trinidad, creemos en que existe un solo y único Dios que se manifiesta en tres personas distintas el Padre, el Hijo y el Espiritu Santo. Si son tres pero en realidad una, que el Espíritu Santo provenga de una de Ellas de la otras dos, lo pone en un plano de dependencia o de procedencia, con lo cual no es lo mismo que la unidad de Dios.* Esto haría que tanto el credo original como el modificado se constituyan a su vez en herejías. Hacer tanto lío con una oración que ni siquiera es la que Cristo nos enseñó, es inútil e improductivo.
Ahora bien, estos aspectos teológicos que han dividido a la Iglesias Orientales y Occidentales de Cristo (hoy otros asuntos como la existencia del purgatorio, la autoridad Papal y otros temas de “profunda trascendencia”, como el culto a los iconos, que la Iglesia de Occidente se ha hecho de la vista gorda).
Por lo que podemos leer del nuevo testamento, Jesús de Nazaret no estaba dado al tema de interpretar las escrituras, tanto así que tuvieron, sus seguidores que escribir 4 libros con una doctrina sencilla, clara, llena de ejemplos y anécdotas y sobretodo plena de su vivencia (Él dijo que lo iban a matar y lo mataron, además de los milagros sobre la enfermedad, la muerte y la naturaleza, además del milagro del vino del que hablamos en otra entrada y lo más importante de todos esos libros, su resurrección).
Otra cosa que hizo fue enseñarnos a orar y nos bendijo con “El Padre Nuestro”, que gracias a Dios nadie ha cometido la estupidez de interpretar, además que a la hora de plantearnos como debíamos cumplir la voluntad de Dios lo dijo en palabras muy simples: “Ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.” Por supuesto no necesitó de un concilio ecuménico para explicarnos el alcance de esas palabras.
Suelo señalar que el mensaje de Cristo tiene una simplicidad en su expresión y una complejidad en su aplicación, con lo cual considero que para el Señor era importante la calidad de nuestra actuaciones y las motivaciones que las impulsaban, no la interpretación filosófica implícita.
El Señor le dijo a Pedro: “Lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.” Por lo visto que la labor teológica ha consistido principalmente en atar y enredar las cosas en la tierra. Alguna razón tendrá la Virgen María de aparecércele a gente humilde e incluso con poco conocimiento para que puedan entender la simplicidad del mensaje. Todavía no conozco el primer Papa bendecido con una visita tan importante.
El cristianismo tiene un pilar fundamental y es el amor, detrás viene la paz.....La salvación no se encuentra en la retórica sino en el amor como vivencia diaria y permanente.
¿Cual puede ser la necesidad de un sacerdote que lucha día a día con la enfermedad, la pobreza, la desesperanza, el hambre o la violación reiterada y soberbia de los derechos humanos fundamentales de su feligresía?.
Cuando nuestros líderes religiosos utilizan sus razones para separar o dividir el “Cuerpo de Cristo”, o pretender que lo pueden hacer, están escuchando nuevamente a la culebra enrollada en el árbol con sus promesas de conocer los hilos del poder de Dios, comiendo la fruta prohibida, que no es más que pretender racionalizar la inmensidad del todo y no bastarnos lo que Dios mismo nos dijo sobre Si Mismo: “Ego Sum Qui Sum” ("Yo soy quien soy"). No se requiere otra explicación.
Cuando las personas, los grupos sociales, los países han podido satisfacer sus necesidades básicas y no tienen problemas o asuntos verdaderamente importantes o serios a que dedicarse, no les queda más que ocupase de intrascendencias, por no llamarlas de forma mas contundente. Ocupémonos de vivir realidades, enfrentar los retos verdaderos y útiles que se nos presentan, vivamos esos valores o creencias nobles que tenemos, con amor y encontraremos paz y felicidad a lo largo de todos el camino.
*La casa no se hace responsable del enredo Teológico del autor, ni de las herejías proferidas en este texto. La sanción de excomunión es personalísima.