lunes, 27 de junio de 2011

"Interregno".

La última entrada en el blog fue el pasado 11 de marzo y partir de esa fecha se produjo una suerte de "interregno" (de un autogobierno a otro), el cual resulta obligatorio para mi explicar de alguna forma.
A partir de la publicación de la entrada “La Felicidad y el sentido de Pertenencia” se me metió en la cabeza que debía incluir un tema, que para mi resulta sumamente fuerte pero también trascendente y es el que se refiere a “El Maligno vs La Felicidad”.
Lo complejo  para mi tomar de este asunto está  vinculado a mis experiencias personales en la materia, en la conciencia de la existencia del mal y su gran poder y mi posible incapacidad de manejarlo con las debidas protecciones del caso.
Como lo pudieron leer en la entrada de “Mal de Ojo vs. La Felicidad”, estoy convencido de que el mal, por si mismo o por el simple deseo negativo de una persona hacia otra –que puede incluir un mal deseo, envidia, ira u odio-  puede afectar la vida de otras personas.
Todos podemos imponer manos.
Algunas personas que me conocen saben que practico la imposición de manos desde hace más de 20 años y en esas lides he podido sentir y entrar en contacto con toda clase de energías negativas, entre ellas las que emanan de personas muy enfermas (cáncer, sida, trastornos mentales, traumatismos graves) y que a lo largo de esos años he recibido el apoyo de varios maestros, buscados o que aparecen en el momento indicado, que me han recomendado protegerme de esa negatividad. En algunos casos me he visto en situaciones que han logrado afectarme físicamente y he requerido ayuda para enfrentar el drenaje energético típico de los que nos lanzamos a experiencias que rebasan nuestra preparación, que requieren apoyos grupales o por falta de una práctica espiritual acorde con el reto (Jesús decía que para lanzar demonios se requiere de mucho ayuno y oración).  En esos casos me han recomendado mayores cuidados y protecciones, pero solo en un caso me pidieron que no interviniera ante una muerte que estaba escrita de antemano. Hay quienes se refieren a esta práctica como de “sanación”, lo que en mi opinión sería revestirla de un poder que no pertenece al “sanador”. La salud tiene más que ver con el enfermo y  el foco de su mente y espíritu que con el sanador (no estoy hablando de medicina en el sentido científico, pero los médicos saben que la mente y el espíritu del paciente influyen de manera determinante en su salud). Para mí siempre resultó muy importante que Jesucristo nunca le impuso un milagro a nadie y casi siempre señalaba: “Tu fe te ha salvado”.  En mi juicio Jesús no salva a nadie que no quiere ser salvado, porque respeta el libre albedrío de los seres humanos. En mi criterio el que impone las manos en un facilitador, armonizador o mensajero de algo que no le es propio. Esta disciplina que ha sido atacada por algunos sectores reaccionarios de la Iglesia Católica, es practicada por los Católicos Carismáticos y por la Iglesia Anglicana y en ese ámbito es que realizo mi práctica. El tema sigue pendiente y constituye un reto a vencer.
En esta situación, aunque tenía en mente otros temas para incluir en el blog, el señalado se interponía como una exigencia indetenible, pero que a pesar de esto, me propuse prepararme adecuadamente para ese reto.
Lo narrado se refiere a la primara razón del interregno.
Resultado del Laboratorio
La segunda tiene que ver con mi viaje a Bogotá, hace mes y medio, en el cual asistí por cinco días a una dinámica llamada “Laboratorio de las Emociones”. Un experiencia complicada porque exige de los participantes abrirse de manera a veces descarnada y además requiere de la disposición a recibir todo tipo de retroalimentación, es decir, toda clase de críticas y comentarios, no sobre las emociones que se vuelcan en los grupos de trabajo, sino acerca de la manera de comunicarse desde las emociones y desde lo que impacta nuestra forma de expresarlas en las personas que nos escuchan. Por una parte es parecido al tratamiento previo a una colonoscopia, pero desocupando el corazón en vez de los intestinos; y por la otra aprendí a manejar con liviandad las observaciones que me hicieron en las dinámicas. Lo primero me produjo la apertura de procesos emocionales que me ha tocado ir manejando paulatinamente, pero que vino acompañado con un aprendizaje fabuloso y es la posibilidad de abrirse a la crítica que nos puedan hacer y derivar de ella una reflexión y no una reacción o un desagrado, independientemente de que la expresión de la crítica no cumpla con una expresión respetuosa.
Para llegar a esto se requiere tomar conciencia de que si nos dicen algo que logra molestarnos, es que algo  se movió dentro que resuena o hace eco con lo que nos han dicho. La sola molestia debe ser un llamado urgente a la reflexión. 
La tercera razón está en que, en lo que va de año, he participado en un Diplomado acerca de la Gestión Ontológica de las Empresas, desde la  perspectiva del Coaching. Esta experiencia ha sido para mí muy enriquecedora porque me ha mostrado una perspectiva nueva para mirar al mundo y es que podemos observarlo desde la mirada del otro, desde la emoción del otro y desde la necesidad del otro. Me ha tocado conocer gente tan bella y tan especial que se ha magnificado en mí la esperanza en la humanidad y en su gran capacidad de amar y de construir un mundo mejor. A Fernando, Elena e Ivonne y a todos mis compañeros del Diplo,  muchas gracias y todas las bendiciones que se merecen.
Ahora se me abre un reto y una responsabilidad muy grande con ustedes, quienes me han seguido en todos los disparates que he escrito a lo largo del último año.
Yo solo pido a Dios que pueda ser útil en el tiempo tan corto que me queda.


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