miércoles, 5 de mayo de 2010

Vivir la Felicidad.

Este "blog" está dedicado a poner de manifiesto que la felicidad es una vivencia del hoy, del ahora y no un proyecto o meta futura en sí misma. Esta vivencia en el hoy puede referirse al disfrute actual de la remembranza de eventos y experiencias pasadas, como al entusiasmo que vivimos ante proyectos que emprenderemos y su visualización en el ahora.

No podemos vivir aspirando a "ser felices" en un tiempo futuro, pues no es más que una ilusión. Esa felicidad que se puede vivir con relación al futuro requiere que tengamos más que una simple declaración de felicidad, sin contenido, sino que la misma debe estar acompañada de un proyecto concreto que visualizamos hoy, que comenzamos a vivir con intensidad en el presente y que independientemente de la suerte que acompañe al mismo, el solo proceso de llevarlo a cabo se convierte en la materialización de la felicidad.

Al término de mi camino de Santiago en el año de 2006, alguien me preguntó acerca de lo que había sentido al llegar finalmente a la meta, a lo que contesté: "La felicidad no está en Santiago, está en el camino."

Mandala
Un día viendo un programa de televisión acerca de los monjes tibetanos, aparecía uno de ellos "dibujando" una mandala en el piso como de un metro de diámetro. El trabajo era muy minucioso realizado con unos pigmentos en polvo de diversos colores. El trabajo lo venía realizando desde hace varios meses. Cuando el monje lo terminó, lo miró e inmediatamente barrió la mandala .

Cuando le preguntaron el por que de su acción, respondió, "Esto nos hace reflexionar sobre lo efímero de la vida." Esto fue como ver la vida y su construcción, la cantidad de actos y esfuerzo para lograrla y de pronto la muerte nos alcanza. Nos toca, pues, pensar que la felicidad está más en el hacer, en la lucha y el esfuerzo que le ponemos a todos nuestros "proyectos" y no en el logro en sí mismo.

Cuando logramos tener esta visión, podemos darnos el lujo de soñar en proyectos que, por nuestra edad, condiciones de salud y por su grandiosidad, no vamos a verlos consumados, pero en el hacer, en el comenzar el mismo, encontramos una satisfacción, un entusiasmo que puede arrastrar a aquellos que se queden para que tomen el testigo y lo hagan realidad.

Cuando se visitan las grandes catedrales de Europa y vemos que algunas de ellas tardaron siglos en concluirse, se entiende que hay proyectos que trascienden a los individuos y se revelan como proyectos de la humanidad.

En ese contexto se requiere vivir la felicidad del hacer de hoy, en el disfrute de la belleza que hoy nos es regalada por Dios, que se expresa en la naturaleza, en las sonrisas que damos y recibimos, en los sentimientos nobles que nos acompañan, en la salud que tenemos y en la esperanza de que, a pesar de que somos solo un grano de arena en el universo y con una existencia efímera frente a la eternidad de los tiempos, somos parte eterna de tal inmensidad.

1 comentario:

  1. Encuentro una gran profundidad en el mensaje y a la vez una notable simpleza. Vivir y ser feliz son sinónimos; soy feliz porque estoy vivo y vivo para ser feliz. Eso es un mandato Divino!

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