jueves, 30 de diciembre de 2010

La Sincronicidad, ¿Casualidad o Causalidad?


Siguiendo el tema de los hechos inexplicables o curisosos, uno de los lectores del Blog me sugirió comentar el tema de la sincronicidad.
Este término fue usado por Carl Gustav Jung para referirse a “la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero de manera acausal”. “Así pues, emplearé el concepto general de sincronicidad en el sentido especial de una coincidencia temporal de dos o más sucesos relacionados entre sí de una manera no causal, cuyo contenido significativo sea igual o similar”. Para evitarse malentendidos “lo diferenciaré del término sincronismo, que constituye la mera simultaneidad de dos sucesos”.(Volumen 8 de las obras completas de Jung).

Lo mejor para entender la sincronicidad es con un ejemplo:
Acababa de conocer a un mujer con la que había salido solo en una oportunidad, coincidiendo esos días con mi lectura de un libro de Rafael López Pedraza llamado Dionisos en el Exilio.

En un día determinado en el que habíamos acordado encontrarnos en la noche para comer liviano y luego ir al cine, haciendo tiempo para salir, me leí una parte del antes citado libro que señala:

“Hasta donde tengo entendido, la única novedad que realmente ha ocurrido en la historia de la humanidad es el salto hacia delante, dado por las mujeres en tiempos recien­tes, al moverse, en un período muy breve, hacia campos que antes eran prerrogativa de los hombres. En las universida­des de hoy, el número de mujeres es cada vez mayor que el de los hombres, lo que crea una situación que habría sido impensable unos cuantos años atrás. Con todo, al lograr aceptación y éxito, en la vida académica, científica, política y de negocios, las mujeres. han asumido el aspecto titánico de la historia, con su exceso característico de facetas tecno­lógicas, políticas y empresariales en el vivir.

Debemos preguntarnos sobre los rasgos unilaterales que caracterizan a esa mujer, recién exitosa y titánica. Quizás la imagen de una ménade de Las Bacantes, adorando a Dionisos en los tiempos antiguos y que ha sido dejada atrás por la historia, aún está latente en algún espacio de su psi­que inconsciente y merece reflexión. Es difícil imaginar cómo esta ménade reprimida, o la psicología que ella per­sonifica, se conduce en medio de las complejidades de la mujer moderna.

Podemos observar que el instrumento que la mujer moderna usa para enfrentar el reto que supone su incursión en el mundo de hoy, es la aceleración titánica. Términos como la histeria y el animus me vienen a la mente como complementos de esa aceleración(25). El cuerpo de esta mujer debe tener la condición física de la virginal Artemi­sa para poder mantenerse trotando, con los aeróbicos. la danza y demás.(*) Pero, bajo ninguna circunstancia, un cuer­po gimnástico artemisal puede confundirse con el cuerpo emocional dionisíaco.

Se discute muchos en los encuentros de ginecólogos, internistas, endocrinólogos y psiquiatras sobre las tenden­cias psicosomáticas de esa mujer moderna, acelerada y llena de tantas responsabilidades. Entre esas condiciones psicosomáticas, por mencionar una de esas dolencias, los problemas tiroideos han alcanzado proporciones epidémi­cas(26). Nadie sabe con exactitud de qué modo están sufriendo las mujeres su incursión histórica pues, en psicoterapia. es común encontrar mujeres que están, de hecho, 'desmembra­das' entre su deseo de estudiar, de competir en el lugar de trabajo y el de ser madres. Es válido concebir un enfoque y postular que la biología de la mujer no está ‘programada' para este modo de vida. Se trata de una enorme brecha biológica.”
La notas del texto las transcribo al final.
(LÓPEZ-PEDRAZA, Rafael. “Donisios En El Exilio” Gráficas Acea, Caracas, Venezuela año 2000, pgs. 63-65).

Terminando solo de leer el texto escribí al margen del mismo el nombre de esta nueva amiga a la que vería pocos minutos después, debido a que esta descripción calzaba totalmente con la impresión que me había dado al conocerla la primera vez; tan impresionado estaba con la “casualidad” que decidí llevarme a la cita el libro para leerle el pasaje y verificar con élla mi juicio.

Al encontrarnos en el restaurant, le leí el texto y sin que élla me diera su opinión, le dije: “Tu cuadras exáctamente con esta descripción, porque eres una mujer luchadora, universitaria, exitosa en el trabajo y tus negocios, trabajadora incansable, lo que demuestra que te desenvuelves muy bien en el “mundo de los hombres”, tienes aspectos artemisales, una figura perfecta y una obsesión por el ejercicio físico. Lo único de todo lo que dice el texto que no tengo información es sobre algún padecimiento tiroideo del que sufras, porque apenas acabo de conocerte.”

Mi amiga no me respondió nada, sino como cargaba puesta una bufanda, lo que hizo fue quitársela para mostrarme un cicatriz en el cuello y a renglón seguido me dijo: “Hace unos años me encontraron un tumor en la tiroides y  tuvieron que sacármela.”

Curiosamente, se me presentó años después otro caso parecido, no por la descripción del personaje sino referido a un tumor maligno, ya metastásico, en la tiroide.... Pero esa historia es espectacular.

(25) En este contexto, el animus  significa que la mujer actúa a partir del conocimiento (logos) que los  hombre han logrado acumular a través de la historia.
(26) Dos enfoques junguianos sobre las complejidades de los "problemas tiroideos” son: "Medical and Psychiatric Diagnosis". En. H.K. Fierz. 1991. Junguian Phiquiatry. Einsielden: Daimon Verlag, cap. X. p. 203; y “Horroris Morbus: Unit of Disease an Image of Ailing” de Alfred Ziegler. En: l986. Procedings of the Ninth International Congress for Analitical Psycology.  Jerusa!én 1953. Einsiedeln: Daimon Verlag.
(*) Coincido que una mujer con un marcado arquetipo Artemisal, puede ser víctima de este actuar en el mundo desde el "ánimus" dejando de lado los mandatos del "ánima"; sin embargo, pienso que la confrontación que produce estas alteraciones parte de la actuación de la mujer en contra de sus instintos humanos, como por ejemplo la maternidad, que está presente en mayor o menor medida en toda mujer independientemente de su ejecución arquetipal (podría ser por el intento de desconocer los mandatos del cerebro reptil). Esto me lleva a que una mujer fuertemente influenciada por Demeter o por Era, que renuncien o difieran excesivamente asumir su rol de madre o esposa, según el caso, pueden tener estos mismos desórdenes de salud. En lo particular tuve un caso de cáncer metastásico de la tiroides en el que la paciente tenía dos arquetipos muy marcados, el de Demeter y por el otro lado Atenea y que su necesidad de lograr éxitos profesionales y económicos para su familia, había diferido una y otra vez el embarazo. La decisión de embarazarse fue la que la llevó a descubrir las graves alteraciones metabólicas (hiper-tiroidismo) que le producía el tumor en la tiroides y que impedía, en ese momento, lograr su objetivo. El diferimiento de su anhelado proyecto de madre le pudo quitar la vida, pero irónicamente su decisión de embarazarse fue lo que le permitió salvarla. Por cierto, se curó del cáncer y en contra de todo pronóstico médico logro tener un hijo y pronto dará a luz a un segundo.




martes, 28 de diciembre de 2010

La Felicidad y la Fe en los Milagros.

Iesum Christum Nike (Jesucristo triunfante)
Aunque la palabra milagro etimológicamente viene de la palabra mirar, se utiliza para referirse a un hecho o circunstancia que es inexplicable para el ser humano y al que se le atribuye un origen sobrenatural o divino.
Hace tiempo quería escribir sobre el tema de los milagros, tema que tiene mucho que ver con la fe y me convencí de hacerlo porque en la reunión de Noche Buena conversando con el Dr. Mélich y el Dr. Pérez,  dos señores mayores (de quince años), me señalaron que no creían en los milagros, asunto que me causó asombro debido a que ambos son católicos practicantes, claro que con una deformación religiosa producto de su pasantía por un colegio jesuita (Colegio San Ignacio de Loyola).
En estos casos yo me hago la siguiente pregunta ¿Cómo se puede ser cristiano si no se cree en los milagros?. Puede que los evangelistas hayan exagerado un poco sobre la vuelta a la vida del podrido Lázaro, o de la multiplicación de los panes y los peces (podían ser escasas las habilidades matemáticas de los apóstoles), pero indudablemente sin la creencia en la resurrección de Cristo al tercer (sic) día (otro error matemático, fue al segundo, bueno en realidad como a las 40 horas de fallecido), no existiría el cristianismo. A menos que se conciba que los milagros son cosas del pasado, a pesar de que la Iglesia Católica se la pasa beatificando y santificando gente como si fueran chorizos, basando su decisión en los milagros concedidos por esas personas de vida digna y piadosa.
En lo particular creo en milagros de origen desconocido, y en la capacidad del ser humano de realizar milagros o ser instrumentos de los milagros o intermediario entre lo que está más allá y el mundo que percibimos comúnmente.
En un pasaje bíblico los apóstoles le señalan a Jesús que le impusieron las manos a unos enfermos para librarlos de los demonios y no lo pudieron hacer y Jesús les contestó que  para lograrlo requerían de mayor ayuno y oración, con lo cual en vida de Jesús ya los apóstoles habían sanado enfermos.
Este episodio lo señalo porque la participación en un milagro como autor, intermediario o como lo quieran llamar requiere de la persona algún grado de elevación espiritual que puede ser de origen o desarrollada a través de una práctica o una sadhana adecuada.
He tenido la fortuna de presenciar situaciones, que no podrían considerarse como milagros, pero que son inexplicables desde el punto de vista racional o como señalamos que puede tener un origen sobrenatural como el caso que relato:
 Un día me informaron que un pariente joven, para hacerse una operación quirúrgica, le habían exigido los exámenes tradicionales de sangre. Cuando le presentó los exámenes al cirujano, le apareció el azúcar en 400, los triglicéridos en 300 y el colesterol en 250. Por supuesto el médico suspendió la operación por lo elevado de la glucosa en la sangre. Ante esta situación se le abría el panorama de un cuadro de diabetes con el posible escenario de tener que depender de inyecciones diarias de insulina. Esto me tenía muy preocupado porque a pesar de su edad, 32 años, al haber sido su padre insulino dependiente, se podría ver en esta situación, además de que una diabetes 1, con niveles de colesterol y triglicéridos altos, pronosticaba un posible infarto (su padre murió al sufrir un segundo infarto fulminante). Fue asignado a un endocrino, quien le puso una dieta y le pidió que se repitiera todos los exámenes 15 días después.
Antes de conocer los resultados de los análisis y tratamientos del médico, estaba yo en la peluquería dándole vuelta en la cabeza al asunto con mucha preocupación e imaginando las dificultades que este estado de salud le generaría y el tener que adaptarse al régimen de vida a partir de el diagnóstico de la enfermedad, asumiendo con la experiencia de su padre que su caso fuera de la misma gravedad. En ese momento entró en la peluquería un hombre que tenía apariencia de estar desequilibrado (mal vestido, cabellos despeinados, ojos desorbitados), se sentó en la silla de los que esperan turno y sin que nadie le dijera nada, ni se inmutaran, comenzó a hablar en alta voz, diciendo: “A el lo que le pasa es que es muy desordenado con la comida, come mucha grasa y fritos, además de comer muchos dulces. Si el hiciera lo que le dice el médico, comiera sano e hiciera ejercicios  tendría una buena salud y ningún problema.”. Se levantó de la silla y se fue de la barbería. En los días siguientes, el pariente se repitió los exámenes y los mismos salieron dentro de rangos normales, diagnosticándole solo diabetes tipo 2, con lo cual, no tendría necesidad de usar insulina, sino tomar unos medicamentos y seguir un régimen de dieta estricta de grasas y carbohidratos y ejercicios, tal y como el “loco” había dicho. Por supuesto cuando a esa edad le diagnostican a alguien diabetes 2, tiene una gran probabilidad de que desarrolle con el tiempo diabetes 1, pero saber que tiene la tendencia y con la voluntad de cuidar sus hábitos alimenticios y de ejercicio, puede retrasar de manera importante el proceso de la enfermedad y mantener una buena calidad de vida. A partir de allí entendí que se puede pedir ayuda y que de alguna forma te llega; siempre he pensado que el “loco” era alguien que decía lo que un ángel le soplaba al oído.
Ustedes pueden pensar que es casualidad, pero me pasó con otra persona algo muy parecido que me llevó a pensar que a mi también me “soplan” al oído.
Para que un milagro se lleve a cabo se requiere de la fe;  lo contrario es pretender ganar en la lotería sin comprar ni un "quinto". Entiendo que hay milagros que pueden darse y otros que no corresponden, porque hasta Lázaro a pesar de su resurrección le tocó morir finalmente. La fe es una actitud optimista que abre muchas puertas y que en los casos en que debemos enfrentar reveces, podemos encontrar las fuerzas para seguir adelante, incluso resurgir de las cenizas como el ave phoenix....
En un próxima entrada les comentaré del otro caso mas impactante. 

martes, 21 de diciembre de 2010

La Felicidad y los Paradigmas:


Cascarón Nuevo e Ideas Viejas
            Los paradigmas son modelos o creencias que se aceptan como verdaderas o falsas, que mantenemos en el tiempo, sin ponerlas a prueba de un nuevo análisis.

            Estas creencias o modelos pueden haberse adquirido por el uso de la lógica, mediante un silogismo, por ejemplo, o simplemente resultan adquiridas o heredadas de otras personas, sin que medie una constatación. Resulta especialmente peligroso cuando el paradigma proviene de una creencia de la infancia puesto que la misma nos lleva a actuar, cuando somos adultos, sobre los mismos presupuestos que usábamos cuando niños.

          Cuando esto sucede, nuestras actuaciones y respuestas son idénticas a las que teníamos en la infancia. Esto se me hizo evidente cuando en una oportunidad presencié una discusión entre dos hermanas ochentonas y vi en realidad dos niñas reclamándose culpas entre sí, como si no hubieren pasado los años......

           La niñez no nos permite ver matices en muchas situaciones y solemos simplificar nuestras creencias de tal forma que calificamos o emitimos juicios blancos o negros, sin ningún matiz. La adultez nos enseña que son raros los absolutos y nos aporta mayor flexibilidad, pero si no hemos dado chance a la revisión de las creencias del pasado, éllas permanecen intactas....

           Los paradigmas nos ayudan a sentir que algunas cosas están resueltas o se “saben a ciencia cierta”, en contraposición a la inseguridad y hasta el miedo que nos hace sentir cuando desconocemos las respuestas que consideramos necesarias.

          El riesgo de esta sensación de seguridad es que el aprendizaje o el acto de aprender constituye una competencia que requiere de la audacia de introducirse en mundos que nos son desconocidos. Esta situación se explica con suma claridad en un libro llamado “Quién se comió mi queso”.

       Evidentemente, pensar, como sostienen algunos, que debemos prescindir de paradigmas -lo cual constituye a su vez un paradigma- es ilusorio, porque algún piso necesitamos, incluso para lanzarnos hacia el conocimiento novedoso y el aprendizaje; lo que si debemos es cultivar una actitud de revisión permanente de los paradigmas, al igual que debemos hacer con los silogismos. En este caso,  siempre es recomendable evaluar la validez de la premisa mayor, porque normalmente está constituida por un paradigma y sabemos que  si la premisa mayor es falsa, la conclusión  va a ser incorrecta y aún así pensaremos que si lo es.

         En este sentido sostengo que mi gran paradigma es que el dominó es un juego de tantos, el que llega primero a 100 tantos gana, todo lo demás en el juego es cuestionable, discutible y revisable (no hay nadie más paradigmático que un jugador promedio de dominó).

        Por estas razones, les señalo a mis alumnos tal y como lo hacía mi señor padre a los suyos, lo siguiente: “No crean que todo lo que lean es verdad; deben estar dispuestos a cuestionar cualquier afirmación.” (por supuesto, incluyendo este texto). Este consejo es cada días más valioso porque el bombardeo de información que recibimos hoy por hoy es tan grande que no tenemos tiempo para la reflexión.
      
 La felicidad está vinculada a nuestra superación permanente como seres humanos y esto es solo posible cuando nos armamos de coraje y nos lanzamos hacia lo desconocido con la ilusión de encontrar mundo nuevos que nos permitan entender diversas perspectivas de la realidad, la evidente y la inmanente; en escaparnos de  nuestro observador y asumir la posición del que nos observa, no solo escuchar nuestro discurso, sino también el del otro, desde su observador, su cultura, su historia, su experiencia, su emoción, para encontrar referentes que nos ayuden a auto evaluarnos y en fin a conocernos mejor. El encontrar estos mundos nuevos nos saca del “aburrimiento”(*) de la rutina diaria y nos imbuye en la felicidad del aprender .

(*) Si usted es un persona que acepta que se aburre en alguna oportunidad, es porque desconoce el valor y la belleza de su mundo interior y lo invito a que inicie su introspección para encontrar todas esas maravillas que se ha perdido hasta ahora.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Premio Nobel de la Paz

Activista chino Liu Xiaobo
El texto fue leído en Estocolmo por la actriz sueca Liv Ullman. Corresponde a la declaración que Liu leyó en diciembre de 2009, durante el juicio que se le seguía por subversión del Estado. Es un ejemplo de la vivencia conforme a los valores de la Cultura de Paz. El texto es como sigue:

"Yo no tengo enemigos, ni odio. Ninguna de los policías que me investigaron, que me detuvieron, que me interrogaron, ni los fiscales que me llevaron a juicio, ni los jueces que me juzgaron, son mis enemigos. Aunque no puedo aceptar vuestras investigaciones, detenciones, interrogaciones, veredictos... sigo respetando vuestras profesiones, vuestra integridad. Siento vuestro respeto, y vuestra buena fe".
"El odio puede pudrir la inteligencia y la conciencia de una persona. La mentalidad enemiga puede envenenar el espirito de la nación, puede incitar a luchas crueles y mortales, destruir la tolerancia y humanidad de una sociedad, y complicar el progreso de una nación hacia la libertad y la democracia. Es por ello que espero llegar más allá de mis experiencias personales mientras soy testigo del desarrollo y cambio social de nuestra nación; espero contrarrestar la hostilidad de nuestro régimen con buena fe, y de acabar con el odio a través del amor".
"Precisamente por estas convicciones y por mi experiencia personal, estoy convencido que el progreso político de China seguirá adelante; yo, lleno de optimismo, espero la llegada de una China libre. No hay fuerza que pueda poner fin a esta lucha por libertad política, y China será -tarde o temprano- una nación regida por la ley, con derechos humanos inalienables. También espero que este tipo de progreso pueda reflejarse en este juicio, mientras espero el veredicto imparcial de este tribunal".
"Si me permiten decirlo, la experiencia más afortunada que he tenido en los últimos veinte años ha sido el amor incondicional de mi esposa, Liu Xia. Ella no pudo estar presente como observadora ante este Tribunal hoy, pero quiero decirte, querida, que creo firmemente que tu amor por mi persona se mantendrá igual en el futuro como siempre lo ha sido. A lo largo de todos estos años que he vivido sin libertad, nuestro amor estuvo lleno de la amargura impuesta por circunstancias exteriores, pero sigo disfrutando de su sabor, y este amor sigue existiendo sin límites".
"Cumplo mi sentencia en una prisión física, tangible, mientras tu me esperas desde la prisión intangible del corazón. Tu amor es la luz de sol que me llega incluso a través de los muros más altos y penetra las barras de acero de la ventana de mi celda, cayendo sobre cada centímetro de mi cuerpo, aportando calor toda parte de mi cuerpo, permitiendo que siempre sienta paz, libertad, y la felicidad del corazón, llenando cada minuto de mi tiempo en la cárcel con significado".
"Espero que yo sea la última víctima de la inquisición literaria de China; espero que nadie sea encarcelada por sus palabras en el futuro. Suprimir la libertad de expresión es suprimir la verdad. No hay nada criminal en aquello que he hecho, pero si traen cargos en mi contra por ello, no tengo queja alguna".

Si quieren saber la causa por la que fue condenado a once años de prisión, busquen el manifiesto 8, firmado por más de un centenar de personas y cuyo texto fue elaborado principalmente por Liu Xiaobo. Juzgue por sí mismo la justeza de la condena que fue aplicada en este caso. Pueden encontrarlo en:
 http://www.scribd.com/doc/38968692/Liu-Xiaobo-Carta-08-Manifiesto-de-la-disidencia-china

martes, 7 de diciembre de 2010

Navidad, siempre una Esperanza:

La Natividad

El objetivo trazado y que me llevó a escribir este blog, no fue más que dejar por escrito reflexiones acerca de mi vivencia personal a lo largo de muchos años. No pretendo pontificar sobre verdades absolutas (totalmente contrario a mi temperamento herético), porque entiendo que todos somos distintos y nos ha tocado vivir experiencias muy disímiles que nos dan visiones y perspectivas también diversas. Solo aspiro que una frase que haya escrito pueda significar para una sola persona algo positivo, haya abierto una rendija en un momento de confusión o simplemente que lo haya entretenido con algún disparate. En este momento agradezco mucho su paciencia y sobretodo hago énfasis en los que se han tomado la molestia de hacerme comentarios a favor o en contra en algún tema, en tal sentido, me encanta la diversidad de pensamiento, de visiones en las personas, de lo contrario hubiera sido aburrida esta labor.

A todos ustedes un abrazo fuerte y aquí les mando una reflexión de Navidad:

Siempre la Navidad  trae una mezcla de felicidad y tristeza.
Aparte de la connotación religiosa que supone la celebración en familia del natalicio del Jesús de Nazaret y con la incorporación de la leyenda de San Nicolás, que trae todos los años regalos a los niños del mundo (en otras tradiciones esta labor le ha sido encomendada a los tres Reyes Magos), la Navidad es una fiesta de generosidad en la que compartimos la alegría con propios y extraños.

Sin embargo, en cada Navidad recordamos también a todas aquellas personas con las que a lo largo de nuestras vidas compartimos esas alegrías y que hoy no se encuentran con nosotros.

Todos los años suceden terremotos, erupciones de volcanes o fuertes lluvias con pérdida de vidas y viviendas que afecta a muchas familias; pero ante estas situaciones es inútil la tristeza para el que es un observador; lo que requiere de nosotros es a solidaridad y el trabajo a favor de las personas afectadas

Así como hemos señalado que la felicidad es una vivencia del presente, la misma no puede ser entendida, disfrutada o vivida si no se han tenido momentos de tristeza, depresión, o pérdida. Los seres humanos requerimos vivir en una realidad contrastante para poder percibirla de manera más consciente e intensa.

La tristeza o la pérdida no son posibles sin que valoremos a las personas o eso que nos la causa o que se va. En definitiva podemos vivir sin grandes tristezas ni sufrimientos, pero eso requeriría de nosotros renunciar al amor.

Mirando hacia el pasado y meditando acerca de esos momentos difíciles, comprendo el gran aprendizaje que me han dado, además que esas experiencias son mejores que la indiferencia, porque mientras sufría me sentía vivo en el más intenso sentido de la palabra y no como un espectador abstraído de todo contacto con la realidad y las personas que me rodeaban.

Tanto los psiquiatras junguianos como los místicos ven en la vida del ser humano una suerte de ciclos en los que se nace y al concluirlos se “muere”, no en el sentido físico, sino en el sentido psicológico o espiritual. Pasar de la depresión a la “inflación” y de vuelta a la depresión, terminar una fase de la vida y comenzar otra.

Lo importante es no perder de vista a nuestros compañeros de viaje; todas esas personas con las que nos toca convivir día a día y que siguen a nuestro lado.

El otro día escuché una historia de una mujer judía que había sobrevivido al holocausto y comentaba que el día que la trasladaron al campo de concentración iba solamente acompañada de su hermano menor. Ya en el tren se dio cuenta de que su hermano no tenía zapatos. En esa circunstancia le dijo: ¿Eres estúpido? ¡Perdistes los zapatos!. Resultó que al llegar al campo, fueron separados y más nunca supo de él, porque le tocó la fila del exterminio inmediato. ....Al salir con vida del campamento se hizo una promesa: “Jamás le diré a alguna persona algo que, si fuere la última cosa que le dijera en su vida, le hiciere daño”.

Cuando estamos abajo debemos tener la esperanza de que “Dios al cerrar una puerta, abre una ventana”.  En la desesperación no nos queda más que orar: "De profundis clamo ad te Domine" (Desde las profundidades clamo por ti Señor).  Siempre podemos comenzar de nuevo, todos los días sale nuevamente el sol y con él, una nueva meta, una tarea que acometer para cumplir el objetivo primario: “ser cada día una mejor persona”, hasta el día que nos toque amanecer uno con Dios hasta la eternidad.

Hay que dar gracias a Dios por la vida, la salud y todas las bendiciones que nos ha dado, pero manteniendo siempre la “casa limpia”, la casa interior, libre de odios, sin cuentas por pagar o por cobrar, reconciliándonos con las demás personas a través del perdón  pedido y otorgado y el perdón hacia nosotros mismo, de manera que los que queden recuerden de nosotros un abrazo fuerte y cariñoso y esas últimas palabra que les hemos dicho: que los amamos profundamente y que volveremos a ser “uno” de nuevo con nuestro creador.

En esta Navidad les deseo que sus corazones palpiten intensamente, que se rían estruendosamente para que nos oigan en el otro lado, que sus ojos brillen más que las estrellas y que abracen con fuerza la esperanza y una fe indestructible en su capacidad de crear todos los días un mundo mejor.

Los quiero mucho.

Gonzalo Pérez Petersen.

viernes, 3 de diciembre de 2010

La Cortesía y la Felicidad:


La velocidad con que vivimos en este mundo moderno ha logrado que desechemos los modales y la cortesía que se han vuelto cada día más escasos.
La cortesía refiere a un comportamiento humano de buena manera y que se relaciona, además con las normas de etiqueta. La cortesía era vista como el apropiado comportamiento de las personas en la corte y que luego ha evolucionado modernamente hacia las normas de protocolo que se utilizan en el ámbito diplomático internacional.
Estas normas que pueden parecer ridículas, son de gran importancia debido a que en el mundo existe diversidad de costumbres y hábitos que hizo necesario la elaboración de una suerte de código común para evitar malos entendidos, producto del desconocimiento de un extranjero de las maneras propias de una cultura que le es desconocida. Por ejemplo, hay países en donde el espacio vital (el que nos separa de las demás personas) debe ser amplio, como es en el caso de los japoneses y por lo tanto sus saludos no conllevan un apretón de mano y mucho menos un beso; y por otra parte los árabes que aceptan un acercamiento significativo que los lleva hasta besarse dos veces en las mejillas entre hombres.
Todas estas normas son muy importantes para la convivencia humana debido a, que el saber cuando actuar como actuar, que decir, como decirlo, nos permite ser más acertados en el manejo de nuestras relaciones y más efectivos, pudiendo mantener un clima de respeto y cordialidad que es fundamental para las buenas relaciones humanas.
Las normas del trato personal que comienzan con los buenos días, por favor, gracias, abrirle la puerta u otro, ceder el paso, el no hablar en alta voz, no tirar la basura en el suelo, por su puesto complementadas con una sonrisa y tantas otras deferencias que hacen más grata nuestra vida y la de los demás.
Si vamos más allá veremos que las normas que existen en materia del tránsito automotor, para la navegación marítima y aérea, parten de este criterio de convivencia pero se constituyen en normas que garantizan la seguridad en estos contextos.
Las normas que arriba se han descrito y por las razones expresadas no pueden ser aplicadas de forma privilegiada a ninguna persona o grupo o género de personas, salvo en  los casos expresamente determinados, referidos a los vehículos de las autoridades policiales, los de emergencia, etc. Esto quiere decir que los que conducen un vehículo rústico, algunas mujeres, los taxistas, los motoristas, los conductores de autobuses ni los conductores de camiones, tienen derecho de preferencia de paso, sino cuando las normas así lo determinan.
Por estas razones, no quise utilizar la palabra Caballerosidad (que en su acepción original refería al actuar de una persona a caballo, en las épocas que disponer de este medio de transporte traía consigo un estatus social determinado, en comparación con los hidalgos o los plebeyos,  y que no es entendida o aplicada a las mujeres), puesto que considero que la cortesía no solo es un deber de todos, que ratifica una actitud de respeto, consideración, solidaridad y afecto hacia las demás personas, sino además una actitud necesaria para vivir en un entorno de mayor felicidad, que es un deber de todos los seres humanos.
Es mi juicio,  en un autobús, en el metro, en una sala de espera, debe tenerse una mayor consideración con una persona mayor (independiente de su genero), una persona con alguna discapacidad o alguna limitante circunstancial o permanente, según el caso, una mujer embarazada o con un niño en brazos, etc.; pero esta cortesía no debe ser solo por parte del hombre, sino de la mujer y más en los jóvenes. Una mujer que no se encuentre en alguno de los supuestos arriba señalados debe tener la cortesía correspondiente al igual que cualquier hombre. La cortesía debe practicarla las mujeres con las mujeres.
También es mi juicio que en aras de una supuesta liberación femenina, algunas damas han adquirido los  malos hábitos de los hombres, en todos sentido, incluyendo en la expresión verbal. Asombra escuchar conversaciones altisonantes entre mujeres que son similares a las que se escuchan entre obreros o camioneros (que tampoco son justificables).
Esto no excusa a los hombres de seguir practicando la caballerosidad que toda mujer merece en los ámbitos y contextos correspondientes y que las verdaderas damas corresponden generosamente con su feminidad. Los tiempos seguirán evolucionando y las normas y códigos de conductas se tendrán que adaptar a los tiempos, pero una actitud cortés enaltece a la persona que la vive y hace mucho más gratas la vida de los demás y por ende es importante para la felicidad.


miércoles, 24 de noviembre de 2010

La Felicidad y la Tecnología:

La Tecnología es la manifestación más palpable de la humanidad, dirigida fundamentalmente al control del medio físico que nos rodea.

La tecnología no es buena ni mala per se; es en la forma que es usada que la hace más o menos perjudicial para el ser humano y en principio para los ecosistemas (ahora el riesgo pesa sobre el planeta y el espacio circundante).

La tecnología en su inmensa mayoría incide de alguna forma en los ecosistemas en los que se utiliza, ahora en ecosistemas que están al otro lado del planeta o en el aire o el mar que todos compartimos. Los ecosistema pueden recuperarse si la acción del hombre y su tecnología es circunstancial, incluyendo la de los indígenas más primitivos (también cuando existen desequilibrios graves en poblaciones de animales o vegetales o por la acción violenta de los elementos como maremotos, terremotos, volcanes, etc., se pueden producir alteraciones graves a los ecosistemas); a veces la recuperación, en estos últimos casos produce la creación de un nuevo ecosistema con nuevas especies o algunas de las anteriores que lograren una readaptación.

Imaginamos que la tecnología surgió el día que un homínido, primate, ancestro o no de nuestra especie tomó en sus manos una rama de un árbol y la usó para alcanzar o derribar un fruto. Podemos ver chimpancés que sin haber obtenido un grado universitario en alguna de las recientemente inventadas instituciones universitarias de Venezuela, utilizan piedras para romper nueces y ramas para extraer hormigas o miel para su alimentación. También vi en la TV un pájaro que usaba una piedra para romper huevos de otros animales, con lo cual la tecnología pudiere no ser un atributo inventado por el ser humano, sino copiado y perfeccionado, una vez que osó comer de la fruta prohibida.

Desde allí en adelante evolucionó lentamente (la edad de piedra algunos la estiman desde 6.000 hasta los 2.500 años A.C., salvo algunos hallazgos que remontan la edad de cobre más atrás de los inicialmente estimado) y recientemente con una velocidad vertiginosa que nos ha llevado, entre otras cosas, a disponer de una red de comunicación e información que nos homologa, en alguna forma, a todos los seres humanos, dentro y fuera del planeta.

La tecnología ha alargado la vida, en la mayoría de los casos (aún hoy se pude morir de médico) y mejora sensiblemente la calidad de vida a cada día mayor número de personas (excluyendo de manera importante a la gran mayoría de los pobladores de África) ; pero por otra parte nos ha puesto en la posición de poder exterminar toda la vida en el planeta (es posible que se salven los insectos, quienes probablemente, luego de una larga evolución recuperen el favor de Dios), además de que la tecnología o el quehacer del hombre está deteriorando todos los ecosistemas, de forma que, a mediano plazo, se puede provocar nuestra propia extinción como especie y esto sin contar que hemos creado una dependencia en la tecnología que pudiere llevarnos a una adaptabilidad tan específica, que haría imposible nuestra sobrevivencia sin élla (una base marciana sería el ejemplo más próximo de esta hipótesis).

La Felicidad en este contexto corre grave peligro.

Si bien la salud que nos puede garantizar, en muchos casos, la tecnología, nos permite el disfrute de la felicidad (imagínense a los reyes europeos, de no hace muchos años, con sus piernas hinchadas por el ácido úrico sin saber la razón de esa afección ni disponiendo de la colchicina para remediar el terrible dolor), el apego a demasiados bienes y ventajas tecnológicas puede ser contraproducente.

Al disponer hoy de medios de comunicación integrales (TV con 100 canales, internet y celulares) podemos pensar que tenemos mayor contacto e integración con otras personas, pero resulta en realidad en una forma de codependencia, con pérdida de la privacidad e intimidad que nos proporciona la solitud, poniendo en riesgo nuestra felicidad o condicionándola gravemente a esta nueva forma de relacionarnos con el resto de los seres humanos, incluso con aquellos que tenemos enfrente de nosotros mientras “nos comunicamos” y esto sin contar con la dudosa veracidad, banalización y excesiva superficialidad de los contenidos comunicacionales.

Llegamos a los extremos de tener mayor comunicación que con las personas que se sientan a la mesa a comer con nosotros. Y yo me pregunto: ¿Un joven entre 15 y 20 años podrá pasar una vacación tipo aventura por una semana sin disponer de ninguno de estos medios de comunicación? Probablemente, si lo aguanta, perdería el aprecio de por vida de quien lo haya obligado a hacerlo.

El ser humano no solo se relaciona a través del lenguaje verbal (imagino que alguien pensará que ahora existe la video llamada) o escrito, sino se relaciona también a través de los demás sentidos y en especial con el tacto (es fácil conocer personas traumatizadas por haber vivido en hogares con costumbre victorianas que consideraban “vulgar” las manifestaciones de afecto y el mostrar sentimientos en público). La falta de contacto físico (de diversas intensidades dependiendo de las personas) nos inhibe de compartir una experiencia no solo afectiva sino de armonización energética indispensable para la creación de vínculos permanentes con los que amamos y nos aman.

Se ha demostrado que el contacto inmediato (dentro de los 15 minutos siguientes) , de un recién nacido con su madre, crea un vínculo inmediato de conexión permanente, que resulta necesario para el desarrollo físico, psíquico y emocional del neonato.

Además, la felicidad parte de un proceso mental, emocional y espiritual que se origina en el interior de cada ser humano y es en esa búsqueda y comunicación interior  que podemos encontrar la verdadera comunidad que existe entre los seres humanos, la creación  y nuestro creador y por ende de la felicidad plena.

jueves, 18 de noviembre de 2010

La Cultura de Paz y sus Límites:

Ante la reciente provocación del gobierno de Nicaragua quien invadió una parte del territorio de Costa Rica que forma parte de una disputa territorial entre ambas naciones, sin que esto califique de justificada o no los derechos de ninguno de los dos países, se ha producido un hecho grave, no por la magnitud del suceso, sino en contra de quien se ejecutó el mismo.
El 21 de octubre pasado comenzaron las provocaciones por parte del Gobierno Nicaragüense, quien probablemente esté usando el expediente de la guerra para exacerbar el nacionalismo en su población con fines de mejorar el apoyo político de un gobierno dudosamente democrático.
No es comprensible que una instancia como la Organización de Estado Americanos (OEA), quien en menos de 24 horas fue capaz de tomar una decisión en contra de la expatriación forsoza del país (Honduras) del presidente Zelaya, que se realizó con el apoyo del Congreso y el Tribunal Supremo de ese país, sin dar margen a que los calificados de golpistas dieran explicaciones y con el agravante de que la resolución excluyó a ese país de su calidad de miembro de dicho organismo, sin que mediare ningún proceso en los términos exigido por las normas internacionales (sanción sumaria, sin procedimiento legal y sin derecho a la defensa). Independientemente de la antijuridicidad del caso hondureño, fue tan apresurada la decisión que no se han atrevido a echar marcha atrás, en gran parte por tratarse de un país pobre y pequeño, tanto que ni siquiera al término del mandato presidencial de Zelaya y realizada una elección popular, que nadie ha podido calificar de fraudulenta, no le permiten reingresar a dicho organismo.
La gravedad de esta conducta perniciosa de dicho organismo consagra una suerte de derecho a usufructuar el poder por parte, en este caso de Presidente Zelaya, cuando su período presidencial se venció. Eso sería equivalente a que un presidente sufriera una discapacidad total NO permanente (cayó en coma por un mes) dándole el derecho a quedarse en el cargo por el tiempo de suspensión de su ejercicio.
Esto demuestra el deplorable estado de dicho organismo, el cual podía tener muchos argumentos para desconocer al gobierno provisional de Roberto Micheletti, pero que no tiene autoridad jurídica para exigir la reinstauración de un presidente una vez vencido su mandato y luego de elegido democráticamente uno nuevo sin que haya existido ninguna denuncia válida que justifique el desconocimiento de la elección del Presidente Lobo.
En estas circunstancias, ese organismo defensor de los Presidentes y no de los países miembros, se tarda desde el 21 de octubre al 12 de noviembre para pedir a ambos países retirar sus tropas de la zona en disputa y que continúen las reuniones y negociaciones que se venían llevando a cabo con la presencia de representantes de dicho organismo. Tampoco se establecen las medidas que tomaría dicho organismo si Nicaragua desatiende la recomendación, que por los usos de esa diplomacia le hacen a ambos países, cuando Costa Rica abolió el ejército el 1° de diciembre de 1948, decisión que fue plasmada en su Constitución de 1949.
Costa Rica es considerada una de las democracias más consolidadas de América y de las más antigüas del mundo y que ha sido factor conciliatorio de procesos de paz en lationaamérica. En estas circunstancias no es comprensible que dicho organismo no haya actuado con mayor celeridad y contundencia. Puede verse como una tontería, pero esto seria equivalente a que una persona totalmente sana le diera una bofetada a una persona cuadrapléjica en una silla de ruedas. La indignación debería ser generalizada.
Pero no fue así, otra vez aplicaron la tesis del país pequeño en insignificante, con el agravante de la vergonzosa actuación de Venezuela (Bolivia tuvo algo de decoro y se abstuvo de votar), quien casi estuvo a punto de declararle la guerra a Colombia cuando realizó la incursión en territorio Ecuatoriano en la lucha en contra del grupo de las FARC liderado por Raúl Reyes y que se declaró dispuesta a enviar tropas a Bolivia o a Nicaragua en caso de una invasión o de golpe de estado.
La Cultura de Paz exige la tolerancia y la aceptación de los otros, en especial de aquellos que tiene visiones distintas y de una actitud decidida en la resolución pacífica de los conflictos; pero cuando una persona, entidad o país viola flagrantemente derechos humanos fundamentales, no podemos ser negligentes en la exigencia y en la acción de que dichos delitos sean perseguidos y juzgados, incluyendo a las personas que con su silencio o su omisión permiten que tales violaciones se materialicen o que sean revestidas de alguna forma de legalidad o legitimidad, aunque éllas no sean las que en las acciones materialicen dichas violaciones.
Nosotros tenemos el reto en Venezuela de buscar reconciliar posiciones con miras a reunificar un país que se ha intentado convertir en una nación de facciones que se excluyen mutuamente. Es correcto y viable que se pueda convivir en una sociedad en que haya personas que piensen distinto, pero si el pensamiento de un lado va dirigido a la destrucción de alguien o la violación de los derechos humanos fundamentales de una persona, u organización, estas actuaciones son inaceptables y no deben ser toleradas. La Cultura de Paz no puede ser ingenua ni aceptar por ejemplo que mi vecino propugne la discriminación de un grupo social por su religión o su pensamiento político, porque sería equivalente a aquellas personas que durante el régimen nazi “toleraban” que a sus vecinos de otra religión fueran expatriados en vagones de tren para ganado (esto en el supuesto de que no conocieran “la solución final”, pero aún así, no podían desconocer la leyes de pureza de raza).
Desmon Tutu, señala en su libro “Dios Tiene un Sueño”, el proceso que llevó a Suráfrica de pasar del Apartheit a un régimen democrático en el que se eliminaron las discriminaciones que habían sido establecidas “legalmente” y que en aras de sanar y reconstruir una nación, se buscó la reconciliación de las partes en conflicto, pero en ese proceso en el cual se pidió a muchas víctimas y a sus parientes, quienes sufrieron persecución, prisión, tortura y muerte, lograr esa reconciliación a través del perdón; pero esto solo fue posible cuando los culpables de estos delitos de lesa humanidad, en algunos casos, reconocieron públicamente los mismos en busca de perdón. La reconciliación de esa sociedad solo se logró a través del perdón pedido y otorgado. De otra forma, solo la justicia puede sanar las heridas infringidas. No podemos ser felices "tolerando" la desgracia de otros.

lunes, 8 de noviembre de 2010

La Felicidad y el asunto del “Filioque”:

La palabra “Filioque” viene del latín y significa “y el Hijo” y está referida al añadido que hizo la Iglesia Católica de Occidente (Concilio de Toledo 589 DC), al Credo de Nicea, es decir, a esa oración cuya autoría se le atribuye a los “Apóstoles” (aparentemente desde el siglo 4 DC), cuyo texto referido al Espiritu Santo decía: “Et Spiritum Sanctum, Dominum, et vivificatem: qui ex Patre procedit” (Y en el Espiritu Santo, el Señor, dador de vida, quien procede del Padre....”. Añadiendo que procede no solo del Padre sino también del Hijo.
Este cambio se fue esparciendo por Europa y en el Siglo III trató de eliminarlo de los cantos en la Misa el Papa León III; pero en el año 1014 fue adoptado por Roma (entiéndase la Iglesia de Occidente). Hoy por hoy los anglicanos y los protestantes están del lado de occidente.
De lado de los Ortodoxos (Iglesia Oriental), apareció Photios I (griego) quien fue Patriarca de Constantinopla desde al año 858 al 867 y del 877 al 886, quien se quejó del cambio y que sirvió, entre otras, de excusa, para la separación de la Iglesia, años después, y siguió siendo un obstáculo para los intentos futuros de reunificación.
La crítica surge del hecho de incluir algo que no estaba allí y es que el Espiritu Santo también proviene del Hijo. Esto para mí resulta absurdo, porque si creemos en el dogma de la Santísima Trinidad, creemos en que existe un solo y único Dios que se manifiesta en tres personas distintas el Padre, el Hijo y el Espiritu Santo. Si son tres pero en realidad una, que el Espíritu Santo provenga de una de Ellas de la otras dos, lo pone en un plano de dependencia o de procedencia, con lo cual no es lo mismo que la unidad de Dios.* Esto haría que tanto el credo original como el modificado se constituyan a su vez en herejías. Hacer tanto lío con una oración que ni siquiera es la que Cristo nos enseñó, es inútil e improductivo.
Ahora bien, estos aspectos teológicos que han dividido a la Iglesias Orientales y Occidentales de Cristo (hoy otros asuntos como la existencia del purgatorio, la autoridad Papal y otros temas de “profunda trascendencia”, como el culto a los iconos, que la Iglesia de Occidente se ha hecho de la vista gorda).
Por lo que podemos leer del nuevo testamento, Jesús de Nazaret no estaba dado al tema de interpretar las escrituras, tanto así que tuvieron, sus seguidores que escribir 4 libros con una doctrina sencilla, clara, llena de ejemplos y anécdotas y sobretodo plena de su vivencia (Él dijo que lo iban a matar y lo mataron, además de los milagros sobre la enfermedad, la muerte y la naturaleza, además del milagro del vino del que hablamos en otra entrada y lo más importante de todos esos libros, su resurrección).
Otra cosa que hizo fue enseñarnos a orar y nos bendijo con “El Padre Nuestro”, que gracias a Dios nadie ha cometido la estupidez de interpretar, además que a la hora de plantearnos como debíamos cumplir la voluntad de Dios lo dijo en palabras muy simples: “Ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.” Por supuesto no necesitó de un concilio ecuménico para explicarnos el alcance de esas palabras.
Suelo señalar que el mensaje de Cristo tiene una simplicidad en su expresión y una complejidad en su aplicación, con lo cual considero que para el Señor era importante la calidad de nuestra actuaciones y las motivaciones que las impulsaban, no la interpretación filosófica implícita.
El Señor le dijo a Pedro: “Lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.” Por lo visto que la labor teológica ha consistido principalmente en atar y enredar las cosas en la tierra. Alguna razón tendrá la Virgen María de aparecércele a gente humilde e incluso con poco conocimiento para que puedan entender la simplicidad del mensaje. Todavía no conozco el primer Papa bendecido con una visita tan importante.
El cristianismo tiene un pilar fundamental y es el amor, detrás viene la paz.....La salvación no se encuentra en la retórica sino en el amor como vivencia diaria y permanente.
¿Cual puede ser la necesidad de un sacerdote que lucha día a día con la enfermedad, la pobreza, la desesperanza, el hambre o la violación reiterada y soberbia de los derechos humanos fundamentales de su feligresía?.
Cuando nuestros líderes religiosos utilizan sus razones para separar o dividir el “Cuerpo de Cristo”, o pretender que lo pueden hacer, están escuchando nuevamente a la culebra enrollada en el árbol con sus promesas de conocer los hilos del poder de Dios, comiendo la fruta prohibida, que no es más que pretender racionalizar la inmensidad del todo y no bastarnos lo que Dios mismo nos dijo sobre Si Mismo: “Ego Sum Qui Sum” ("Yo soy quien soy"). No se requiere otra explicación.
Cuando las personas, los grupos sociales, los países han podido satisfacer sus necesidades básicas y no tienen problemas o asuntos verdaderamente importantes o serios a que dedicarse, no les queda más que ocupase de intrascendencias, por no llamarlas de forma mas contundente. Ocupémonos de vivir realidades, enfrentar los retos verdaderos y útiles que se nos presentan, vivamos esos valores o creencias nobles que tenemos, con amor y encontraremos paz y felicidad a lo largo de todos el camino.
*La casa no se hace responsable del enredo Teológico del autor, ni de las herejías proferidas en este texto. La sanción de excomunión es personalísima.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

La Felicidad y la Inteligencia

La inteligencia es determinante para vivir en felicidad.
Recientemente se ha cuestionado el paradigma de la Inteligencia Racional y se le pretende substituir por un nuevo paradigma que es el de la Inteligencia Emocional. La primera requiere de las personas habilidades particulares en especial el Racionamiento Inductivo y el Deductivo, con los cuales se puede llegar a conocer “la verdad” de manera “objetiva” o lograr la “abstracción” o el uso de la lógica.
En contraposición se habla de la Inteligencia Emocional que algunos señalan como la capacidad de reconocer y controlar las propias emociones para lograr ser exitoso en el manejo de las relaciones que se nos presentan.
Como se señaló en la entrada “La felicidad vs el Dualismo”, esta separación aparente de estas dos competencias conspiran en contra de la unidad real en que funcionan nuestros cerebros, y esta visión olvida que en realidad manejamos tres cerebros en uno, los cuales ejercen su actividad independientemente, al mismo tiempo y también coordinadamente.
Como también se señaló el proceso de evolución cerebral de los humanos nos hace tener en la base del mismo el llamado Cerebro Reptil, que es el encargado de las funciones más primitivas, que lo llamamos así por haberlo heredado de nuestros ancestros reptiles y que se ocupa de nuestras actividades rutinarias o instintivas; se dedica a la acción y vive totalmente ubicado en el presente.
La evolución lo que hizo no fue sustituir a este cerebro porque el mismo garantiza la supervivencia de la especie, pero le superpuso otro cerebro llamado por algunos Límbico (común a los mamíferos), que entre otras cosas maneja toda nuestra realidad emocional, el amor, el odio, la depresión, también la memoria que nos permite traer el pasado al presente; no es que el anterior carezca de memoria, pero es una memoria instintiva como la que está vinculada a las fobias y los miedos.
Por último, el proceso evolutivo, reconociendo la importancia de los dos anteriores, superpuso un tercer cerebro y que es llamado Neocortex (común en los mamíferos superiores), que es la parte superior y externa del cerebro, que como señalamos nos hace seres racionales y permite el manejo del desarrollo social avanzado y por supuesto responsable del uso de la capacidad de análisis, síntesis , razonamiento analógico y el pensamiento crítico y analítico, además del manejo de pensamiento inductivo y deductivo, arriba mencionado. Este cerebro permite adelantarnos a los acontecimientos y nos permite planificar y visualizar el futuro y traerlo al presente, haciendo uso de las experiencias y conocimientos adquiridos en el pasado.
En este escenario la inteligencia, en sentido lato, debe entender esta trilogía que a veces se manifiesta de forma independiente, pero en la mayoría de las ocasiones lo hace coordinada o simultáneamente.
Es cierto que no podemos limitar la inteligencia a lo racional, porque en definitiva los sentimientos y las emociones están siempre presentes y muchas veces engañan a nuestro intelecto o lo confunden, así como nuestro aspecto instintivo y primario, pero también es cierto que requerimos reconocer nuestros sentimientos para poderlos controlar o moderar, para lo cual debemos racionalizarlos de alguna forma y poderlos proyectar hacia el futuro de manera efectiva.
Si fuéramos del todo racional, nos veríamos en graves problema en el manejo de las relaciones humanas, pero si fuéremos todo emociones, no seríamos capaces manejarlas de manera positiva. La verdadera inteligencia logra reconocer ese equilibrio sin olvidar que tiene en lo más profundo de sí un piloto automático (Cerebro Reptilineo), que debe también ser disciplinado y corregido para que nos ayude en los nuevos retos de supervivencia que se nos presentan en el mundo de hoy.
Siempre digo que en mis oraciones encomiendo a los que carecen de inteligencia, porque están expuesto demasiado al fracaso y se les hace difícil encontrarse con la felicidad y con el agravante de que no son capaces de entender el por qué de sus tropiezos, siendo incapaces de adquirir el valioso aprendizaje que las experiencias negativas nos dan.
Sin embargo, coincido con los que han sostenido recientemente que si bien la inteligencia tiene un elemento determinantemente genético o hereditario, la misma se desarrolla con una buena nutrición durante la infancia y con técnicas de aprendizaje, sin que la edad nos impida seguir reforzándola (eso sí con mayor lentitud que en la infancia).Cuando me refiero al aprendizaje no solo me refiero al racional, porque las emociones se aprenden y enriquecen con la vivencia.
Tenemos que entender que el cerebro capitaliza los aprendizajes mediante la creación de nuevas conexiones nerviosas y ese proceso es idéntico para adquirir la habilidad física que requiere un deporte como para el desarrollo de una habilidad intelectual o emocional. Este proceso de creación de conexiones no es instantáneo, requiere tiempo y por esto tenemos que entender que la constancia es nuestra mejor aliada para este fin.
Por todo lo dicho, la felicidad aunque resulta una experiencia Límbica, requiere del reconocimiento de la razón y el instinto y la necesidad contínua de aprender de las experiencias racionales y emocionales para que se haga realidad en nuestras vidas.

miércoles, 27 de octubre de 2010

La Generosidad y El Agradecimiento:


“No seas generoso, si no eres capaz de soportar la ingratitud.”

Muchas veces ha pasado por mi mente que la vida pierde su sentido de ser, si no soy capaz de vivirla en beneficio de otros. Esto no priva que también me ocupo de mí mismo.

Es und eber vivir y actuar conforme a nuestros talentos y carismas para prodigar beneficios a los que nos ordenan sean personas cercanas o distantes.

La verdadera generosidad constituye una liberalidad que otorgamos a otra persona sin esperar ninguna recompensa. En esto de la generosidad tenemos que ser cuidadosos, en el sentido de analizar si nuestra generosidad está dirigida a proteger un interés y no constituye un acto desinteresado, viendo la sombra de nuestros actos o su verdadera intención.

Normalmente las personas que son beneficiarias de la generosidad no tienen la posibilidad de agradecer el gesto o hacerlo en la misma magnitud.

Tampoco tiene mucho mérito ser generoso con los que no lo necesitan; muchas veces se hace por interés.
En una oportunidad me encontré a una persona que tenía poco tiempo de conocerla, en una carretera en plena oscuridad con el vehículo accidentado, pudimos ponerlo a resguardo y lo llevé hasta su casa. Esta persona estaba impresionada por lo que había hecho por ella; cuando nos despedimos me dijo: “¿Qué puedo hacer para agradecerte lo que hicistes por mí? Y yo le contesté: “Muy fácil, ayudando a un desconocido que requiera una ayuda de ti”.

Esta anécdota mi hizo recordar de la película "Pay it Forward",escrita por Jim Beaver, en la que un niño hace un proyecto para su clase de sociales, que consiste en ayudar a 3 personas con el compromiso que el agradecimiento se llevare a cabo mediante la ayuda, por parte del beneficario, a otras 3 personas, quienes a su vez asumirían el mismo compromiso de ayudar a otras 3 y así sucesivamente. Este es un proyecto que no tiene nada de disparatado y que su viabilidad es realmente posible.

La persona generosa es fácil de identificar porque lo es por convicción, manifiesta su generosidad con mucha gente e incluso actúa sin ser evidente, aplicando ese principio que estableció Jesús que decía: “Que tu mano derecha no sepa que hace tu mano izquierda”, porque de lo contrario la generosidad se estaría usando para alimentar la vanidad (fariseismo), con el inconveniente de que la persona beneficiada puede sentirse humillada por el acto de generosidad; y por último, no esperar la gratitud.

La generosidad no está solo en el dar sino también en el acto de entrega a la otra persona. Pienso que toda persona debería dedicar parte de su tiempo semanal a realizar una labor en favor de otros (personas que no pertenezcan a nuestro entorno inmediato), visitar a enfermos, acompañar y escuchar a la persona que lo requieren y que no se haga por un beneficio económico o de otra índole. En este sentido siempre me acuerdo de pregunta que se hacía así mismo José Gregorio Hernández que decía: “¿Soy generoso por caridad o por vanidad?.

En la vida diaria podemos ver la escasa disposición para colaborar en labores “ad honorem” , porque todo lo que hacemos no debe ser por nuestro propio interés y de nuestro allegados. Este rasgo de solidaridad, que tienen muchas personas, nos hace falta para desarrollar valores ciudadanos que son esenciales para la mejora de la convivencia social.

He conocido varias casos de personas que han vivido situaciones muy difíciles y las personas más cercanas no le dieron el apoyo que requerían; en cambio si lo recibían de las personas más insólitas e inesperadas. A esas personas suelo llamarlas ángeles, porque aparecen justo en el momento requerido y luego pueden que se vayan y no las vuelvas a ver.

Impresiona mucho cuando suceden tragedias de gran magnitud, como la gente en general colabora con las personas afectadas y la cantidad de personas que se aprestan para los rescates y ayuda médica.

La contrapartida de la generosidad es la gratitud. Aunque la persona verdaderamente generosa no debería esperar la gratitud del beneficiado, le causa satisfacción y alegría y la anima a seguir adelante.

La gratitud tenemos que practicarla a diario porque todos los días recibimos bendiciones, sonrisas, manifestaciones de cariño y el disfrute de todas las bellezas que nos rodean.

Por eso deberíamos hacer una lista de todas las bendiciones recibidas a lo largo de la vida y de los logros que obtenidos por nuestro esfuerzo y dar gracias a Dios por la vida y salud que disponemos y las personas que han sido nuestros compañeros de viaje hasta ahora (la lista no puede ser menor de 50 “items”). El agradecimiento es una manifestación natural de una persona humilde, que reconoce el don o la bendición que ha recibido. El que se siente con derecho a todo, jamás será agradecido.

La gratitud es una característica inherente a una persona bondadosa y constituye la mejor y posiblemente la más resaltante característica de élla, porque esta cualidad suele ser muy escasa.

Por de pronto estoy muy agradecido con todas las personas que me han apoyado a lo largo de mi vida y a Dios por todas las bendiciones recibidas.

jueves, 21 de octubre de 2010

La Felicidad Vs. La Ira (cont.)

Bota Fumeiro: Catedral de Santiago de Compostela
Como señalé en la entrada anterior, el manejo de la ira resulta importante para mantener buenas relaciones interpersonales. Esta competencia está basada en el auto control de esa emoción, salvo en las situaciones de emergencia en las que necesitamos ese empuje extraordinario para sobrevivir.

En el tema del autocontrol encontramos una explicación en un libro, que prestamos y nunca nos devolvieron, que planteaba la teoría bautizada como del péndulo (*).

Como sabemos el péndulo tiene un tiempo, es decir, se desplaza hacia un extremo, pasa por el centro y se desplaza hacia el otro extremo, en una suerte de movimiento perpetuo.

En un extremo del desplazamiento se encuentran las personas que carecen de control de su ira y que ante el más mínimo estímulo, explotan, aquí veremos a los que son agresivos la mayoría del tiempo e incluso los que ladran y no muerden; en el otro extremo se encuentran los “pacíficos”, que aguantan todo lo que les dicen y hacen, también podemos incluir en este lugar a los pasivos-agresivos, que se defienden con cinismo, malas caras, etc.; y en el medio los que logran equilibrar su ira y la administran adecuadamente. Es evidente que existen todas las gamas de grises a las que la humanidad nos tiene acostumbrados.

También tenemos que considerar que dependiendo del contexto en el que nos desenvolvamos sea este el familiar, el social, el laboral, etc., podemos tener diferentes maneras de actuar, siendo pacíficos, en unas o equilibrado o agresivos en otras. A veces sucede que el que aguanta agravios en un contexto determinado, utiliza otro contexto para desahogar su rabia o resentimiento, haciendo que paguen justos por pecadores.

Los del primer extremo no tienen en absoluto control de su ira, viven auto imbuidos en un estrés permanente, sus relaciones humanas son muy pobres y les cuesta conseguir personas que se atrevan si quiera a hacerles alguna observación, no digamos crítica o reclamo.

En el otro extremo tenemos los súper controlados (pueden ser también temerosos o sumisos al extremo); a estos les tengo más miedo por lo del agua mansa. Cuando se está en esta posición se reciben agravios, burlas, incumplimiento de promesas o compromisos y la persona no reacciona hacia fuera, aparentemente o lo hace "por banda". Este grupo también se va cargando de estrés al ir acumulando agravios y rencores que no expresa y al no hacerlo no los resuelve y estimula que se repitan. El peligro con este grupo es que llega un día en que una gota rebasa el vaso y se trasladan violentamente al otro extremo, al de los violentos, pudiendo en estos casos agredir gravemente a otra persona. Estas personas pueden convertirse en “pasivas-agresivas”, es decir, personas que al no confrontar directamente las situaciones que no les agradan, boicotean a las otras personas y a sus acciones y sus declaraciones y acciones se dirigen hacia el fracaso o están llenas de cinismo. Son las que ven con pesimismo la vida y hacen todo lo posible para que su presagio se vuelva realidad (estas últimas las he bautizado como auto coprófagas).

Las personas que se encuentran en el centro, controlan la ira, pero la utilizan. Cuando existe una situación que no tiene trascendencia, no le dan importancia y la dejan pasar, es decir, mueven a voluntad el péndulo hacia el extremo de los “pacíficos”; si la situación amerita una actuación, la resuelven con una acción o con un reclamo, en los términos de efectividad que hemos señalado con anterioridad.

Aquí surge una pregunta importante: ¿qué pasa si la persona a la que se le hace el reclamo, no lo escucha o se abstiene de corregirse?. En estos casos la persona equilibrada comienza a mover su péndulo gradualmente hacia el lado de los violentos. Esto lo debe hacer fríamente utilizando una estrategia de incremento paulatino de las hostilidades, buscando que, con la intensificación, la otra persona asimile el mensaje. Esto se puede llevar hasta el punto de armar un lío o un reclamo airado y fuerte, pero en completo control de lo que se dice o se hace.

En un taller preguntó una participante como practicarlo con su marido, (en lo particular pienso que las mujeres tienen muchas armas para dar a entender lo que exigen y son más efectivas que los hombres para lograrlo); la respuesta fue que:  lo importante es que en cada paso quede expresado el objetivo que se busca, de manera que se pueda incrementar la acción hasta el extremo último, que es el de poner la maleta en la puerta de la casa -no llegar al sicariato-,  y puedas alegar con propiedad: "¡Te lo advertí!".

Cuando se tiene tal nivel de control, la persona puede convertirse en una hábil actora social, que puede llegar al extremo, en alguna circunstancia, de lograr el decideratum señalado por un famoso político y abogado, Luis Jerónimo Pietri, que sostenía lo siguiente: “El patrimonio más grande de una persona es una cara de pendejo bien administrada“. Lo importante es que se haga de forma estratégica para que rinda sus frutos.

Si, a pesar de todo lo que aquí se señala, ya estás en la situación de haberte excedido en la respuesta hacia otra persona, no te queda más que buscar resolver la situación a través del perdón y así poder construir un nuevo "modus vivendi" con esa persona.

Lo importante es que para poder mantener el equilibrio se requiere ser exitoso en la expresión adecuada de nuestro malestar y en la efectividad de la estrategia de incremento de las hostilidades. En la medida de que seamos más efectivos en el manejo de estas situaciones, viviremos más tranquilos y relajados y esa paz nos ayudará a sentirnos empoderados, pro activos, con una sabia autoestima, la cual va a ser respetada por los demás y por ende imbuidos en felicidad.

(*) En un evento acerca de Manejo de Conflictos se usaba el símil para ilustrar que en algunas circunstancias un estímulo relativamente pequeño (se empujaba la parte superior del péndulo), el efecto era muy grande (la parte inferior del péndulo recorre una gran distancia de un lado a otro).

miércoles, 13 de octubre de 2010

La Felicidad vs. La Ira


La ira es una de las emociones primigenias del ser humano y que le ayudó a lo largo de la historia a sobrevivir, al permitirle poner de manifiesto el máximo de violencia que podía desatar para su defensa y de lo que consideraba más preciado.

Es tan antigua que en los primeros pasajes de la biblia, los celos y la envidia de Caín lo llevan a desatar la ira y a asesinar a su propio hermano Abel.

Esta violencia que despliega un ataque de ira no sólo se manifiesta físicamente sino también verbalmente y casi siempre lo hace de manera descontrolada y con resultados que exceden normalmente al estímulo que la ha provocado.

Entendiendo pues, que ese monstruo que llevamos por dentro, es necesario para situaciones extremas, debemos mantenerlo con una cuerda muy corta y con bozal incluido para las demás ocasiones.

Si no le ponemos control, generalmente nos vamos a arrepentir de lo que hicimos o dijimos y posiblemente no logremos ningún objetivo deseable con nuestra actitud. Podemos incluso romper relaciones válidas para nuestras vidas al no poder deshacer lo sucedido ni recoger las palabras dichas. Como dijo Miguel de Unamuno a una horda franquista que quería lincharlo en la Universidad de Salamanca: “Venceréis, pero no convenceréis”. En el caso de que tengas la razón de tu parte no debes olvidar: La razón se convierte en sin razón debido a la violencia (“La violencia es el arma de los que no tienen razón”, esto no es solo un dicho, es un prejuicio en muchos casos cierto).

Evidentemente, las dinámicas que nos tocan vivir en el mundo moderno son muy distintas a las de la antigüedad, salvo que vivamos en ambientes con altos niveles de violencia.

Hay autores que señalan que la ira (o la cólera) se puede desatar cuando existen entre la persona ofensora y la ofendida una relación autoridad-subordinación, lo cual es cierto; más te ofende lo que pueda decir de ti el maestro o un padre que un hermano o un compañero de clases.

Sin embargo, estamos más dados a verlo desde un punto de vista de una relación de poder. Si bien es cierto que en el contexto de una relación de autoridad –subordinación se puede generar una ofensa particularmente hiriente (cuando es de abajo hacia arriba puede ser considerado como una insolencia), en realidad lo que resulta necesario es que el ofendido ponga en manos del ofensor el poder para causarle daño, sin importar la ubicación relativa de uno u otro.

Tengo una frase que uso en este sentido: “No nos ofende quien quiere, sino quien puede”.

Entonces, para que haya la ofensa debe el ofendido haberle conferido el poder o la autoridad al ofensor para hacerlo, no es una autoridad o poder formal, necesariamente.

Esto no se resuelve desconociéndole autoridad a nadie, porque los seres humanos requerimos, para formar nuestra propia personalidad, de referentes morales, intelectuales, y de esfuerzo o empeño y que los mismos tengan cierta validez y permanencia en el tiempo, sin que esto implique que seamos incapaces de verlos como seres humanos imperfectos, pero positivamente balanceados. Cuando hablo de los referentes no los califico de negativos o positivos, porque seguimos a los que percibimos positivos, aunque en opinión de otros sean de signo contrario.

En talleres suelo preguntar a los asistentes, en cuanto a este asunto, lo siguiente: ¿Cuál es la respuesta que ustedes le dan a una persona desconocida totalmente ebria que los insulta? Si el insulto es capaz de molestarlos, están en graves problemas, porque están entregando poder a alguien que no tiene ninguna relación con ustedes y sus palabras carecen de toda trascendencia.

La dificultad está cuando las personas que nos increpan están muy cerca de nosotros o constituyen lo que he dado en llamar parte de nuestras relaciones obligatorias o necesarias (como las que se generan en virtud del trabajo, las de los amigos o las de familia). Aquí se complican las cosas. Pero este reto nos exige manejar herramientas de comunicación y de escucha activa que nos pueden ayudar a manejar incluso reclamos de cierta gravedad y ser efectivos.

Para el logro del objetivo se requiere tener el control de la situación.

El tema de control puede ser percibido como una neurosis, es decir, una obsesión de controlar todo lo que pasa, a todas las personas o lo que vamos a enfrentar en el futuro.

El control a que hago referencia es el que ejercemos sobre nosotros mismos. La forma más fácil de hacerlo es así: si alguien nos ofende de alguna forma, debemos de inmediato evaluarnos e identificar el surgimiento de la rabia (esto requiere disciplina y entrenamiento); si estamos en esa situación debemos quedarnos callados y si es necesario, retirarnos del sitio. En todo caso expresar algo así: “Hoy no voy a hablar del tema, mañana si”.

Este espacio que abres es para retomar el control sobre ti mismo y prepararte para la respuesta que vas a dar. Tengo otro consejo y es el siguiente: “Mientras más grosero es el estímulo, más delicada y educada debe ser la respuesta.”

También hay que ser un buen observador de la otra persona. Si estamos en control pero vemos que la otra persona no lo está, también debemos diferir la conversación, puesto que el resultado de la misma muy probablemente va a ser infructuoso o negativo.

Cuando la paz y el equilibrio se restablece, se puede presentar un reclamo, en el cual debe omitirse todo calificativo de la otra persona, circunscribirlo a hechos comprobables y reportar como éstos hechos nos afectan o nos han afectado emocionalmente. Entiendo que este tema tiene una profundidad propia y que merece atención especial.

Una vez me sucedió que una persona me hizo un reclamo tan injusto y de forma tan grosera, que decidí retirarme del sitio sin decir nada. Dos días después escribí una carta de “reclamo”, en la cual decía algo así:

“En días pasados me hizo un reclamo de forma inapropiada.” Fue la palabra más suave y educada que encontré para ese momento. A renglón seguido le manifesté, con hechos comprobables, lo injusto del reclamo (sin calificarlo de tal). Al recibir la carta la persona en cuestión, me llamó de inmediato por teléfono para disculparse por lo que había pasado e invitándome a tomar un café en compañía de su señora. Nos reunimos a tomar el café y a partir de allí, esta persona cambió radicalmente su trato hacia todas las personas que antes se quejaban de su mal carácter.

Es de un buen cristiano crear el ambiente adecuado para que la persona que ha cometido el error pueda disculparse, pueda incluso corregirlo con elegancia, si es posible, y logre un desplazamiento favorable de sí mismo, en beneficio de quienes los rodean.

A veces no nos encontramos personas que tengan la nobleza de reconocer sus errores y para ello hace falta usar un técnica que se basa en la teoría del péndulo...... Pero de este tema seguiré hablando en la próxima entrada.

martes, 5 de octubre de 2010

La Felicidad y la Urbe:


Los seres humanos podemos discrepar acerca de cual es el lugar más adecuado para ser felices, la ciudad o la provincia; lo cierto es que a medida que avanzan los tiempos, cada vez hay más personas que vivimos en grandes ciudades y menos en el campo o en pequeñas poblaciones.
Esto se debe, entre otras cosas, a que las necesidades alimentarias de la sociedad y la globalización comercial, exigen que la producción agrícola y pecuaria no sólo cumpla con una mayor producción sino con una mayor productividad, para lo cual se requiere de la utilización de extensas áreas de terreno en producción con el uso de cada vez mayor tecnología en detrimento del uso de mano de obra, que la obliga a buscar trabajo en las ciudades.
En este contexto requerimos crear nuevos paradigmas acerca de cómo debe ser la vida en la ciudad, de forma que propenda a una mayor felicidad de sus habitantes y más cuando el número de habitantes promedio cada vez es más cercano a una decena de millones de habitantes.
Vivir en una gran ciudad va, en principio, en contra de la capacidad de socialización para la que estamos diseñados genéticamente. Dicen los expertos en la materia que el número máximo de relaciones que puede mantener un ser humano no excede de las 150 personas, es decir, que nuestras mentes sólo conciben pertenecer a una tribu no mayor de ese número. Estos mismos expertos señalan que en prácticamente todos los ejércitos existen batallones que no exceden los 150 soldados, puesto que es el límite que la experiencia ha dado para que un ejercito pueda funcionar razonablemente.
La realidad urbana nos obliga, en la mayoría de casos, a vivir en edificios que superan este número de personas. Esta sobrepoblación a nivel micro, o excesiva densidad poblacional, nos produce una situación de estrés que puede devenir en toda clase de conflictos.
Otro aspecto fundamental es la cantidad y calidad de los servicios básicos de los que dispone una comunidad urbana; la ausencia o deficiencia de los mismos nos afecta gravemente.
El otro aspecto que resulta determinante es la contaminación (de la tierra, del aire, aguas y sónica), que recientemente ha tomado una importancia capital, porque a partir de la revolución industrial el tema se centraba en como se pueden desalojar los deshechos sólidos, los líquidos, etc., cuando en estos tiempos tenemos la necesidad de disminuir la contaminación, reciclar los desperdicios y sanear los terrenos y aguas que contaminamos, puesto que el planeta se nos ha hecho pequeño e incapaz, cada vez más de “metabolizar” los deshechos de la actividad humana.
Recientemente hubo una cumbre de la tierra para revisar el avance a partir del Protocolo de Kyoto (cuyos objetivos no fueron logrados) y su resultado fue boicoteado por un pequeño grupo, entre los que estaban quienes no habían asumido ningún compromiso ambiental con la humanidad, en beneficio de los mayores contaminadores del planeta, quienes salieron de dicha reunión sin una clara responsabilidad hacia el futuro.(ver presentación acerca del crecimiento poblacional abajo)
En nuestra opinión, se debe asumir que la causa fundamental del problema de la contaminación del planeta es el crecimiento paulatino de la población, si no se limita de alguna forma el problema, será cada vez peor; además de todos los demás compromisos necesarios en cuanto a la producción de bienes que propendan a una menor contaminación y que nos permitan su reciclaje y en las tecnologías que disminuyen las emanaciones o efluentes y desperdicios tóxicos que degradan el ambiente o los sistemas de saneamiento de lo que se haya contaminado.
Entendemos que estos temas son de tal magnitud que no están en nuestras manos solventarlos, pero si tenemos la responsabilidad de modificar nuestros personales hábitos culturales para orientarlos hacia el reciclaje y la disminución de nuestro aporte de contaminación. Podemos por ejemplo, acumular los papeles y cartones, botellas para el reciclaje; utilizar bolsas reutilizables en el mercado, ahorrar electricidad y caminar en vez de usar el automóvil cuando las distancias nos lo permitan.
Las demás acciones deben dirigirse hacia nuestra actuación política, en el sentido de apoyar los liderazgos que propendan a la mejora ambiental y por ende de nuestra calidad de vida.
En este sentido ha surgido una tendencia que contrapone la concepción de la ciudad al estilo Norteamericano con una concepción más europea. La ciudad norteamericana fue concebida básicamente como el lugar de trabajo rodeada de ciudades satélites dedicadas principalmente a la vivienda (suburbios), con lo cual se le dio una mayor preponderancia al automóvil como medio de transporte y en algunos casos, al congestionarse de manera insostenibles las ciudades, complementado con medios de transporte masivos como son el autobús y el metro. Esto las ha llevado a un incremento cada vez mayor de avenidas y superautopistas que por más que crezcan, nunca resultan suficientes para solventar el cada vez más grave problema de tránsito.
La ciudad europea y en especial la de los tiempos modernos, es para vivir y trabajar en ella; las ciudades por su antigüedad no permiten ampliaciones de calles y avenidas y más porque implicaría la destrucción de edificaciones que en muchos casos forman parte del patrimonio histórico y cultural de la humanidad y con muy pocos espacios para el estacionamiento de vehículos; en esta circunstancia no les ha quedado más que desarrollar sistemas de transporte público masivos para poder trasladar a la gran mayoría de sus habitantes; solo se permita el acceso a la ciudad a vehículos de personas que habitan en élla o se imponen peajes y facilidades de estacionamiento con altísimo costo, para desestimular el uso de automóviles. Cuando se le pone límites a la circulación de automóviles se puede pensar en ampliar las aceras y bulevares para dar prioridad al peatón, se pueden crear vías para la circulación de bicicletas, estimulando al peatón para que circule por su ciudad y se relacione con las personas que viven el élla.
En este sentido hay estrategias adicionales que se pueden implementar: preservar y estimular la conservación de los edificios antiguos o no de la ciudad y además tener un ordenamiento arquitectónico de manera que lo nuevo, que se construya, se haga de una manera grata, bella e incluso ergonómica, respetando las necesidades de circulación de personas mayores o con discapacidades (cuesta casi lo mismo hacer una edificación fea que una hermosa) y crear, mantener e incrementar las áreas verdes, parques, canchas deportivas y todo tipos de instalaciones y edificaciones destinadas al entretenimiento de las personas y poner a disposición de los habitantes las escuelas, dispensarios, hospitales y demás entidades de servicio, accesibles y distribuidas equitativamente en toda la ciudad. Estos planes no deben ser solo para las zonas centrales sino que deben hacerse de manera prioritaria para zonas en donde vivan personas con menores recursos, puesto que la mejora de la calidad de vida en la ciudad propenderá a una mayor felicidad de sus habitantes y a la mejora de problemas tan serios como el tráfico y consumo de drogas y la delincuencia.
Esto de lo que hablamos no es un sueño, solo basta visitar muchas ciudades europeas que ya funcionan con estos principios y algunas en Latinoamérica que están evolucionando para que sus habitantes vivan en felicidad.
Nota: Este video me lo envió un seguidor del blog y demuestra, en opinión del conferenciasta, que en la medida de que se mejoran las condiciones de vida en los paises en desarrollo, se incrementa la expectativa de vida y se disminuye la cantidad de hijos en cada familia propendiendo a una población más estable en el tiempo.