miércoles, 15 de septiembre de 2010

La Felicidad y El Dinero

Hay quien todavía sostiene que el dinero no logra la felicidad.
¡Craso error!.
No es garantía de felicidad, pero sin él, no sería posible lograrla.
El maestro Alfredo Fernández Porras sostiene que el dinero es un facilitador y depende del uso que se le de puede ser fuente de felicidad.
En este orden de idéas para que sea efectivo el dinero en el logro de este objetivo, se requiere una actitud frente a él que no nos permita considerarlo un fin en sí mismo, es decir, que no vivamos para acumularlo; además que al tener demasiado se establecen muchas relaciones de poder y de responsabilidad que puden complicar la vida en felicidad.
El Dr. Pérez (mi padre) con relación al tema nos decía: "Las monedas se hicieron redondas para que rodaran", con lo cual no resulta útil guardarlo con demasiado celo, y también nos decía: "En la vida el dinero va y viene, incluso te lo pueden arrebatar todo, pero nunca te puden robar tu capacidad de trabajo, lo que tienes en la cabeza y en tu corazón", que resulta un mensaje dirigido a no tenerle apego al dinero y a confiar más en la capacidad de generarlo que de conservarlo. Por último nos decía en este último sentido: "Entre un guarda camisa y otro, sólo hay tres generaciones".
Recientemente Bil Gates ofreció regalar la mitad de su fortuna para obras sociales en paises pobres y si lo cumple creo que su vida no cambiará mucho, salvo por el hecho de crear nuevas relaciones de amistad y de credibilidad provenientes de su generosa acción.
También cuando se tiene demasiado dinero no se puede lograr una diferencia en los casos de enfermedades incurables o de pérdida de un ser querido.
Por otra parte el dinero puede exclavisarnos o hacerlo con relación a los objetos que podemos comprar con él.
Hay un dicho que reza: "Los dos momentos más felices de un amante de los yates o botes, es cuando lo compra y cuando lo vende".
El otro extremo resulta desolador e implica no tener para satisfacer nuestras necesidades básicas y las de nuestros dependientes.
Cuando tenemos satisfechas las necesidades básicas podemos comenzar a vivir la felicidad. Aquí habría que recordar el tema del desapego tratado en este blog y que nos lleva a plantearnos que es lo verdaderamente necesario.
Hay quienes suelen tener el umbral muy alto y pueden verse en problemas para el logro del señalado objetivo.
Luego de lograr este nivel de satisfacción básico, resulta gratificante poder garantizarle a los hijos una buena educación, vacaciones en familia, cuidados médicos, un hogar decente, disfrutar del arte, la música, la naturaleza y hasta las cosas "banales" como la buena comida y bebida y cualquier otra cosa que exalte el espiritu humano, como lo es ayudar al que podamos.
En fin el dinero puede ser un poderoso instrumento para el logro de la felicidad; una sociedad con muchos ricos y muy pocos pobres será una sociedad feliz, pero también cuando aprendamos a usar el dinero con generosidad, nos congraciaremos y seremos felices con la felicidad ajena.