Según Wikipedia: “La ontología
estudia la manera en que se relacionan las entidades que existen. Por ejemplo, la relación entre un universal
(rojo) y un particular que 'lo tiene' (esta manzana), o la relación entre un
evento (Sócrates bebió la cicuta) y sus participantes (Sócrates y la cicuta)”.
El sentido ontológico busca
comprender la realidad y las relaciones desde una perspectiva de los que nos es
común a los seres humanos y no de los que nos diferencia.
Existe una manera de evaluar la
gestión de una persona, de un colectivo, de una empresa, de un gobierno que se
llama Modelo de Gestión Ontológica, el cual tiene varias dimensiones que pueden
ser usadas para dicho análisis. Las principales son tres:
1.- La Gestión de la Realidad.
2.- La Gestión de la Acción.
3.- La Gestión de la Posibilidad.
La Gestión de la Realidad:
La Gestión de la Realidad analiza
la información que se dispone del entorno. Cuando hablo de entorno me refiero
al pertinente, aquél con el que se interactúa o que tiene la posibilidad de
influir en la persona o entidad que es objeto de análisis o a la inversa.
Recientemente se ha puesto de
moda preguntarle a los que dirigen una empresa: ¿Quiénes son tus stakeholders o
partes interesadas? (Stakeholder, aquel que ha apostado o asumido un riesgo—un
accionista, un inversionista, un proveedor—a favor de la empresa).
Estas partes interesadas son
todas aquellas personas, entes o instituciones con las cuales se interactúa y
cuyas acciones o decisiones afectan o influyen sobre la realidad de la entidad
objeto de análisis o que es capaz de influir, como las comunidades aledañas, las instituciones públicas, etc.
Lo importante de esta
determinación es que a partir de esta observación podemos realizar un análisis
de la realidad que nos permita saber cuáles son las dinámicas que se están
generando en el entorno, y del comportamiento de esos stakeholders para determinar
las acciones o actitudes que pueden afectarnos o que puedan estar dirigidas a la
organización. Esto nos llevará a determinar las acciones o decisiones que
debemos tomar para que tal impacto sea beneficioso o para poder
matizar o gerenciar las que pueden perjudicarnos.
Aquí resulta muy útil la
metodología que parte de listar todas esas acciones o decisiones y
clasificarlas según su impacto (bajo o alto) sobre nosotros o nuestros
emprendimientos, y a la probabilidad de su ocurrencia (baja o alta), para
propósitos de decidir un grado de preparación correcto.
Esto nos lleva a la elaboración
de una cuadrícula en la que hay:
1.- Eventos de Alto Impacto y
Alta Probabilidad.
2.- Eventos de Alto Impacto y
Baja Probabilidad.
3.- Eventos de Bajo Impacto y Alta
Probabilidad.
4.- Eventos de Bajo Impacto y
Baja Probabilidad.
Vistos de esta forma, los eventos
de Bajo Impacto, sean de Alta Probabilidad o, mucho más si son de Baja
Probabilidad, suelen poder manejarse sin mucha preparación, porque los efectos
sobre la institución no son significativos.
A partir de allí se requiere dar
prioridad máxima a los de Alto impacto y Alta Probabilidad pero atendiendo
también los de Alto Impacto y Baja Probabilidad, porque aunque sean más
improbables, el efecto puede ser muy considerable para la institución.
A partir de aquí deben generarse
planes de acciones para evitar que se produzca esos eventos o para minimizar
sus consecuencias y los planes de contingencia para el caso en que se
materialicen.
En la medida en que una persona
tenga mayor dominio de la información pertinente del entorno, más asertivas van
a ser sus acciones y decisiones y habrá una mayor probabilidad de éxito o de
supervivencia.
Para la gestión diaria es
importante tener esta lectura de la realidad, pero además como veremos cuando
se gestiona la posibilidad también es importante partir del conocimiento de la
actualidad para poder proyectarse al futuro sobre una base firme y certera.
La Gestión de la Acción:
La gestión de la acción tiene que
ver con todas las actividades que se requiere realizar para el logro de los
objetivos de una persona o institución o para influir positivamente sobre el
entorno.
En este caso, en la medida en que
la Gestión de la Realidad haya sido más efectiva, podremos establecer metas
para ser exitosos y hacer un eficiente manejo de recursos económicos y humanos
para acometer las acciones requeridas. Las competencias del recurso humano son
trascendentes para este fin y la constancia y la evaluación continua del
cumplimiento de los planes de trabajo o proyectos acordados. Aquí se requiere
los planes de trabajo con sus etapas definidas, sus responsables, sus tiempos
de ejecución y de revisión o auditoría para cerrar brechas entre el objetivo y
lo alcanzado.
Modernamente, estos planes de
acción son manejados a través de los llamados Sistemas de Gestión, los cuales
no sólo funcionan para que se cumpla con las acciones requeridas sino que
garantizan un registro y documentación ordenada e integral.
Esta gestión de la acción es
importante cuando se gestiona la cotidianidad, pero a partir de la gestión de
la posibilidad se complica el establecimiento de una acción efectiva en ese futuro que se visualiza como posible.
La Gestión de la Posibilidad:
La Gestión de la Posibilidad
tiene que ver más con un elemento emocional, porque está vinculado con el
sueño, con la imaginación, con eso que no existe, que puede parecer imposible
de lograr pero que un liderazgo inspirador puede trasmitir esa esperanza a los
demás.
La posibilidad no se puede
vincular con la preservación de lo que se tiene, y presenta la dificultad de
que, en el futuro, eso que se pretende preservar no resulta viable. Este
aspecto es muy importante en todo proceso de cambio, porque aclara de forma muy
poderosa lo que no se está dispuesto a renunciar y lo que se puede conservar
realmente en una empresa ambiciosa.
La posibilidad requiere ir más
allá de lo que se ha logrado; es el deseo imperativo de llegar a la tierra
prometida y la emocionalidad que nos permite atravesar el desierto que nos
separa del objetivo. Se requiere salir de la caja de los prejuicios y de los
marcos mentales que nos gobiernan y estar dispuestos a salir de esta zona de
confort y de certezas para ver posibilidades donde antes existían barreras.
Sin un liderazgo inspirador que
cautive a los demás, el logro de ese sueño se hace imposible.
Sin embargo, el logro del sueño
sólo es posible si se ha manejado bien la información de la realidad y se ha
tenido la organización de las acciones y la tenacidad en acometerlas para que
el sueño se mantenga vivo, incluso a pesar de tropiezos y de dificultades; de
lo contrario el sueño se desinflará como un globo de aire caliente.
Aquí tenemos que entender que la
gestión de la realidad nos da información del momento, y que en la situación
actual del planeta la estabilidad de los acontecimientos en el tiempo se hace
cada vez más inestable y sólo nos permite realizar acciones a corto o mediano
plazo a partir de esa información. Esto no tiene que ver con la gestión de la
posibilidad porque ésta apunta al largo plazo.
Lo que sucede es que la gestión
de la realidad nos permite poner un punto de partida para la labor de mirar al
futuro. Como señalamos, para disponerse a mirar al futuro se requiere salirse
de los marcos mentales que atrapan nuestra mente y así visualizar a veinte años
de distancia cómo va a ser esa realidad, cómo va a funcionar, qué ventajas o
retos podemos encontrar para poder diseñar nuestro modelo de sustentabilidad en
el tiempo.
Esta tarea no es fácil porque
muchos de los acontecimientos que vivimos en estos días no los imaginábamos
hace veinte años. También la capacidad de predicción se ha visto sorprendida
con los eventos políticos ocurridos en el mundo; para muestra un botón: nadie
podía imaginar hace diez años que Obama sería Presidente de los Estados Unidos,
teniendo padre musulmán y madre cristiana. Por cierto, éste ha sido un evento
que apunta a una tendencia cada vez más integradora de la sociedad de ese país.
A pesar de la dificultad al ver
el comportamiento de la gente en el mundo, parece estar creciendo una
sensibilidad hacia los temas ambientales y de sustentabilidad, el uso cada vez
más de energías menos contaminantes y renovables, a que la población se detenga
en su crecimiento en menos de cien años, con un envejecimiento de las
poblaciones y el incremento de la edad promedio de expectativa de vida, que el
desarrollo de las comunicaciones va a seguir su avance, así como de los
sistemas de computación y sociedades más participativas y democráticas en
países cada vez más integrados y con la evaporación de las fronteras
nacionales, etc., etc., etc.
Pero también puede haber aspectos preocupantes
para los que hay que estar preparados, como son la sobrepoblación, la insuficiencia
de alimentos, la escasez de agua potable, la necesidad de evolucionar hacia
otras fuentes energéticas, el incremento del reciclaje, etc.
En fin, el éxito en la gestión de
la posibilidad es que podamos tener un sueño y el liderazgo para enamorar a la
gente para su logro, pero ese sueño y el convencimiento de esa posibilidad debe
ser cierta o creíble de alguna forma, aunque a veces se han presentado
soñadores de lo imposible que el tiempo ha demostrado que tenían razón y el
ejemplo más evidente es el de Julio Verne.
Vista esta metodología, voy
analizar las distintas tendencias que se presentan en la política venezolana
para establecer sus gestiones ontológicas y poder explicar su efectividad o sus
fracasos basados en este modelo de análisis.
En Venezuela podemos identificar
tres tendencias fundamentales, la Oficialista, la de la Unidad Democrática y
los No Alineados.
Es muy importante para esto
aclarar que resulta importante definir primero cual es el propósito de la
acción política de cada una de estas corrientes políticas, puesto que si se
realiza el análisis basado en lo que cada sector declara como objetivo podemos
distanciarnos mucho de la realidad.
En los últimos años, ha
existido una clara polarización entre el sector Oficialista y los sectores de
oposición, que hoy en día se reúnen en el Movimiento de Unidad Democrática,
pero existe un crecimiento de una posición No alineada a las anteriores.
El sector oficialista liderado
por el señor Hugo Chávez y ahora por Nicolás Maduro ha declarado varias intenciones, entre otras: la
instauración de un socialismo que en algunas
ocasiones han aceptado que es un comunismo a la cubana o similar a la
doctrina del libro verde de Ghadafi, etc; que es una iniciativa humanitaria
que propugna la creación de un poder popular que sustituya a todas las
instituciones civiles o militares y un sistema económico de reparto de la
riqueza a las clases económicas más desfavorecidas y lograr la formación de un
hombre nuevo, entre otras ideas.
Sin embargo, el interés que
subyace en el fondo del accionar del sector oficial ha sido la preservación del
poder y la ampliación de su ámbito de control de los restantes sectores,
instituciones y organizaciones del país.
Esto quiere decir que su actuación
está encuadrada en el paradigma tradicional de la política, cuyo objetivo
fundamental es la obtención del poder y su preservación en el tiempo. Esa
aparente entrega del poder al pueblo pasa por la eliminación de la
representatividad, creándose comunidades amorfas que sólo se relacionan
directamente con el líder fundamental y que además quedan subordinadas por la
dependencia económica de ese poder central y absoluto. Un sistema de asambleas
anárquicas con un único líder nacional.
Como la vía violenta, es decir,
mediante un golpe de estado, no fue exitosa, este sector optó por el uso de los
mecanismos de la democracia, en especial la vía electoral para el logro de su
objetivo.
Se dio cuenta de que el marco democrático daba una mayor legitimidad
y, por las condiciones mundiales actuales, una aceptación por parte de los
demás países del planeta. Este aspecto de imagen internacional resulta
importante en este objetivo, porque el logro del poder no está limitado a las fronteras
del país sino que existe la aspiración de ejercer control de otras naciones,
principalmente de Latinoamérica.
Para facilitar este objetivo, se
propuso la elaboración de una nueva constitución, la cual ayudó en gran medida
al oficialismo porque incrementó de manera significativa las competencias del
Presidente de la República; sin embargo, el logro no fue total al confirmarse
la República como un estado democrático que preserva la separación de los
poderes y la descentralización a través de los estados y los municipios.
En este orden de ideas era
requerido lograr un mayor control de las instituciones, lo cual también se
logró electoralmente al obtener la mayoría calificada de los miembros de la
Asamblea Nacionaly actualmente con la mayoría simple. Esto permitió la designación de los miembros del Poder Moral
por parte del sector oficialista y el control del Consejo Nacional Electoral,
lo que posteriormente se consolidó con el aumento de los magistrados del
Tribunal Supremo y el control sobre el poder judicial.
En cuanto a las regiones, se les
presentó una situación cada vez más preocupante, y es que los sectores adversos
al oficialismo han logrado conservar gobernaciones y alcaldías y han logrado
ganar jurisdicciones que antes eran afines al oficialismo, bien sea por
elecciones o por deserciones desde las filas oficiales.
Esto se pretendió resolver de un
solo golpe con la propuesta de reforma constitucional, que fue derrotada en el
referéndum convocado para tal fin, aunque esto no ha impedido que mediante
leyes se vaya paulatinamente vaciando de competencias y de recursos económicos
a las regiones, en beneficio de un supuesto poder popular que es controlado
política y económicamente desde Miraflores.
Con los militares ha pasado algo
similar. Se ha ido penetrando los mandos militares dejando de lado los ascensos
por mérito y ascendiendo a los altos mandos a personas que hayan demostrado
lealtad absoluta al líder fundamental de la revolución. Pero esto no ha
resultado suficiente, porque en los momentos en que el oficialismo ha pretendido
imponer un resultado electoral distinto, no ha encontrado el apoyo de la Fuerza
Armada para lograrlo. Esto hizo que el oficialismo pretendiera la substitución
en el tiempo de la Fuerza Armada por una milicia, pero esto fracasó de forma
rotunda.
Da la impresión que las
disposiciones del Tratado de Roma han disuadido a los militares de participar
en intentonas golpistas. Vemos el efecto que ha producido en Siria las
deserciones de muchos generales y del primer ministro de ese país ante un
gobierno que masacra a su pueblo solo para sostenerse en el poder.
La estrategia más efectiva
utilizada con la Fuerza Armada y que también se utilizó para lograr adeptos a
su causa fue la corrupción. En la Fuerza Armada se arrancó con el Plan Bolívar
2000 y se ha logrado corromper a cada vez más amplios sectores militares,
especialmente a la Guardia Nacional—que el oficialismo trató de eliminar de un
plumazo al inicio del gobierno—al hacerla partícipe de todos los negocios de
contrabando, narcotráfico y lavado de dinero.
Por último, para el logro de su
objetivo de poder, debe eliminar toda posibilidad de financiamiento de sectores
adversos por parte de empresarios privados, de partidos políticos y de la
Iglesia Católica. Para lograr esto, se eliminó la financiación pública de
partidos políticos, y se planea y se ha venido ejecutando la expropiación total
y absoluta del sector privado, se ha penalizado todo financiamiento proveniente
de entes internacionales y se ha vaciado las arcas de las gobernaciones y
alcaldías para empobrecer a toda organización que no sea afecta al régimen.
Esto se completa con el control de más del 95% de los medios de comunicación de
televisión y radio, bien sea directamente o a través de afectos al régimen u
organizaciones sociales que utilizan las frecuencias sin permiso, lo que
permite cerrarlas de inmediato cuando se vuelven críticas del gobierno, o
mediante la disuasión y el miedo.
Mientras sea necesario seguir
aparentando la existencia de una democracia, se hace uso de los recursos del
Estado para realizar actividades e inversiones de tipo social, fundamentalmente
en períodos electorales. Fuera de esos eventos la gestión gubernamental es
deficiente a niveles criminales.
Si hacemos un análisis de la
Gestión Ontológica del Oficialismo, podemos señalar que:
La gestión de la realidad hasta
el momento ha sido sumamente efectiva para el logro del objetivo de preservar
el poder. Ayudados seguramente con la gran experiencia del G2 cubano, se
dispone de salas situacionales que permiten monitorear todas las situaciones
que pueden ayudar o perjudicar el objetivo planteado, y actuar con gran rapidez
para neutralizar cualquier amenaza que se presente.
En cuanto a la gestión de la
acción también ha demostrado el sector oficialista una organización política
(en la que incluyo a los órganos gubernamentales y las fuerzas armadas) para la
ejecución de sus actividades.
La estrategia central de la
acción ha sido determinada por la confrontación con el objeto de polarizar a la
población en dos bandos bien definidos, los que están del lado del pueblo, es
decir, los buenos y los apátridas que quieren entregar al país a las potencias
extranjeras. Esto les ha traído ventajas porque le ha servido para arrinconar a
los sectores contrarios al régimen y disuadir a los leales de desviarse del
lineamiento único y centralizado.
También ha traído inconvenientes porque tanto
los movimientos estudiantiles y sindicales son contrarios, por su naturaleza,
al control férreo de un solo pensamiento y liderazgo y a pesar de los intentos
de crear organizaciones paralelas, éstas no han hecho más que reforzar la
determinación de permanecer fuera de ese yugo. El arrinconamiento de los
adversarios ha logrado la unificación de las corrientes adversas con el
objetivo común del cambio y el crecimiento de un sector No Alineado, que
tampoco se suma a la Unidad Democrática.
En mi opinión, el gran fracaso de
esta gestión fue no haber logrado el triunfo del referéndum de la Reforma
Constitucional, y esta responsabilidad debe ser adjudicada exclusivamente al
Presidente de la República de la época, que se dejó llevar por su ambición desmedida de
poder absoluto y sólo permitió que se propusiese la aprobación de su reelección indefinida y no la
de los demás cargos de elección popular. Esto hizo que su maquinaria política
apoyara con desgano su propuesta y se produjera una abstención en los votantes
pro gobierno que determinó el triunfo del NO, aunque luego logró la reelección indefinida de todo cargo de elección popular.
En cuanto a su gestión de la
posibilidad, resulta más complejo analizarla porque tal y como señalé esta
gestión requiere la capacidad de visualizar un futuro que no existe y una
capacidad de liderar o captar adeptos para que se sumen a ese objetivo.
Aquí nos encontramos con un corto
circuito, porque si bien el objetivo es la preservación y perpetuación en el poder, este objetivo
está planteado como parte del logro de un objetivo declarado que es el logro
del socialismo.
Cuando los que hacen estudios de opinión
preguntan a las personas el significado de socialismo, la gran mayoría de las
personas lo identifica con la existencia de programas sociales, no con un
modelo político, y en este caso en particular, antidemocrático; sin emabargo en estos momentos se asocia al socialismo al fracaso rotundo de gobierno en resolver problemas de carácter público y las distorciones económicas como han sido la inflación, el desabastecimiento, etc.
En fin, la venta de la posibilidad
se enfoca en que el actual régimen es el único que garantiza que el Estado
provea de forma ilimitada beneficios sociales a la población mediante un
reparto igualitario de la inagotable renta petrolera.
Si algo no funciona o sale mal,
es culpa del Imperio, de la burguesía, de la iglesia, tanto así que al
capitalismo se le hace responsable de la devastación del planeta Marte, a pesar
de que luego de la destrucción quedó un planeta totalmente rojo.
Esta matriz es posible mediante
el uso de la llamada hegemonía comunicacional, que no es más que la
implementación del modelo de Goebbels, que permite que sea escuchada sólo, de
manera abrumadora, la versión oficial de la “verdad”. El gran inconveniente de
esta estrategia es la masificación a nivel mundial de los medios alternativos y
las redes sociales que permiten que todo se sepa y que se pueda organizar un
colectivo fuera del control del gobierno.
Hasta el momento, esta estrategia
comunicacional que nos promete un bienestar garantizado y provisto exclusivamente
por el Estado ha sido muy exitosa. Sin embargo, se presentó lo que nadie
esperaba, y es que esta posibilidad se vendió como que fuera sólo realizable si
una única y exclusiva persona permanecía a perpetuidad en el poder, porque esa
única persona, el Líder Fundamental de la Revolución, tiene las facultades
sobrehumanas para su consumación.
De aquí ha surgido la interpretación de que
se ha transformado a este señor en un líder religioso, una suerte de Bolívar
reencarnado.
El logro no está
garantizado por un equipo, un grupo, un partido, no siquiera por un proyecto,
solo lo garantiza una persona.
Esta estrategia tenía un error
fundamental: que hasta Jesucristo resucitado se fue al cielo y tuvo que
entregarle su negocio a otras personas. La posibilidad de sucesión o del
surgimiento de un liderazgo alternativo ha sido reprimida salvajemente. En el
Antiguo Testamento morían apedreados los falsos profetas, y éste puede ser el
destino de este "profeta".
En este escenario, el oficialismo
hace lo indecible para crear la impresión de que el Líder Fundamental se ha
curado, porque su desaparición,
cambiara totalmente la intención de voto de gran parte del electorado cautivo de
este sector, porque ningún sucesor garantiza los milagros del falso mesías.
Si a esto sumamos el agotramiento de la chequetra de PDVSA y el fracaso rotundo del modelo económico, el derrumbamiento de este castillo de naipes es indetenible.
También pesa sobre el oficialismo
la incongruencia entre los ofrecimientos de planes sociales y de bienestar
cuando prácticamente todos los problemas que aquejaban a la población se han
visto agravados en estos trece años de gobierno, con lo cual cada vez más
personas ven la profunda incompetencia que subyace a la hora de resolver
problemas de carácter público por parte del gobierno. Aquí les ha quedado como
defensa las “vidrieras” que consisten en construir viviendas en donde se vean,
sembrar campos a los lados de las autopistas, mentir sobre la producción de las
empresas expropiadas, etc.
Al que no le sea asignada una vivienda, se le da una
bolsa de comida, se le regalas electrodomésticos, se le da un certificado que
le “da derecho” a una vivienda y por añadidura se le incluye en un novedosa
misión que le garantiza recibir alguna cantidad de dinero mensual. Así una
promesa puede adquirir alguna credibilidad. Pero esta incongruencia se pone
cada vez más de manifiesto y esto también afecta gravemente la credibilidad del
líder supremo y su mermado substituto.
En conclusión, en la medida en
que el pueblo de Venezuela siga percibiendo que se puede garantizar la
persistencia de los planes sociales en el país, aumentan las probabilidades de la preservación del régimen. Esto no garantizará la persistencia del régimen, porque los
gravísimos problemas fiscales y de gestión pública se agravan cada vez más y la desnudez de Rey también, y aunque logre llegar, solo les ha quedado la represión y el silenciamiento de los meduios de comunicación y la posible supresión de las redes sociales.
También hay un punto de inflexión
en el cual la promesa no compense el horror de la gestión pública en seguridad,
salud, educación, electricidad, agua, corrupción, etc., que puede mover la
balanza en sentido contrario.
En la siguiente entrega, vamos a actualizar el análisis de las demás corrientes políticas, la de la Unidad
Democrática y de la los No Alineados.
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