lunes, 21 de febrero de 2011

La Libertad y La Felicidad:

Los Faraones modernos cubiertos
 de Joyas Robadas y oliendo a muerto

La libertad es uno de los valores más preciados de la humanidad, tanto que en ocasiones se está dispuesto a perder la vida por su preservación o para obtenerla.
Ayer viendo un programa acerca de los acontecimientos previos al inicio de la guerra civil norteamericana, un grupo de esclavos libertos formaron una organización liderada por una mujer que incursionaba en el Sur a través de un ruta que llamaron “vía alterna”, por la cual esta señora iba en búsqueda de esclavos a los que acompañaba al norte para lograr su libertad. Sobre la cabeza de esta mujer pesaba una recompensa de US$ 40.000, lo que era una pequeña fortuna (equivalente a 2.000 morocotas o monedas de Bs. 100 en oro o de 20 US$ en oro). No les bastaba conseguir su propia libertad sino que siguieron luchando a riesgo de sus vidas para obtener la libertad de sus hermanos en desgracia.
La libertad es un derecho natural que nos fue reconocido por Dios (Biblia dixit), desde la creación, debido a que nos fue entregado el libre albedrío, que nos permite actuar según queramos y podamos así escoger entre el bien y el mal.
Sin embargo, la libertad nos hace responsables de las decisiones o actos u omisiones que ejecutemos y de sus consecuencias, con lo cual el abuso de esa libertad puede atentar en contra de las paz social y del bienestar de las colectividades.
Hasta hace recientemente la libertad estaba vinculada además a nuestro propio cuerpo, puesto que las personas que eran capturadas en una guerra o que eran consideradas socialmente o por la leyes, como inferiores, podían ser esclavizadas y se ejercía sobre éllas un derecho de “propiedad”; incluso en derecho quirinal romano, por ejemplo, solo se le reconocía derechos plenos al “Pater Familiae”, quien disponía de  la vida y muerte, además, de su mujer y sus hijos. Esto comenzó a cambiar cuando los apóstoles de Jesús predicaron la igualdad de todos los hombres ante los ojos de Dios, con lo cual todos teníamos derecho a la salvación y a la vida eterna y por supuesto, esta igualdad y el amor de Dios nos hizo libres. Esta prédica es en mi opinión la razón fundamental de la expansión del cristianismo y posteriormente del Islam en el mundo, por la promesa de la vida eterna a todos los seres humanos (creyentes), sin discriminación alguna y por el reconocimiento de la libertad. Recientemente, se ha descubierto que los Faraones egipcios reconocían el derecho a la vida eterna a los súbditos que habían servido fielmente a su rey y por tal razón permitían que fueran enterrados en los alrededores de las pirámides, la cuales, contrariamente a lo que se sostenía anteriormente, fueron construidas por devotos seguidores de los Faraones y no por esclavos.
Muy posteriormente, con el surgimiento del iluminismo y de todos los procesos que llevaron a la revolución americana y a la revolución francesa, se instituyó desde el punto de vista político la libertad como un derecho humano (o derecho natural), con la consigna “Libertad, Igualdad y Fraternidad”. Muy interesante resulta la participación del constitucionalista norteamericano Thomas Jefferson, quien se opuso rotundamente al establecimiento del derecho de propiedad como derecho absoluto y fundamental, debido a que entendía que su consagración daría legitimidad al ejercicio de dicho derecho sobre los esclavos (la propiedad del esclavo se ejercía de la misma forma que sobre los semovientes: vacas, cerdos, gallinas, etc.).
Hay quienes han señalado que en este lema de la revolución francesa existe una contradicción irreconciliable entre la libertad y la igualdad, porque señalan que a mayor libertad, mayor desigualdad y a mayor igualdad, menor libertad. En este caso pienso que los revolucionarios incluyen la fraternidad como mecanismo de equilibrio aspirando que una sociedad libre, pudiere escoger, con libertad, apoyar y solidarizase con quienes menos tienen. Esta situación ha llevado a algunos a establecer que la igualdad debe ser ante la Ley, es decir, que a todos se les aplica la Ley, sin distingo de ninguna naturaleza, lo que ha llevado a reafirmar la imagen de la justicia que aparece con una balanza en un lado, una espada (de castigo) en la otra y los ojos vendados, con lo cual propugna la aplicación de la Ley sin mirar a quien se aplica. Este esquema está fuertemente arraigado en la cultura de los países del norte de Europa (pero no tan al norte).
 Algunos han señalado que la igualdad se refiere a la paridad de oportunidades que se otorgan a las distintas personas. Otros han  sostenido que resulta una labor de los estados apoyar, como mecanismo de compensación,  a las personas menos favorecidas.
En el siglo XIX surgieron dos visiones encontradas desde el punto de vista ideológico. Por un lado, el capitalismo, que propugnaba por una libertad casi absoluta y por el otro lado el comunismo, que visualizaba un mundo “perfecto” en el que todos los hombres fueren iguales. El asunto resultó en que el capitalismo se desarrolló, convirtiéndose en la plataforma del desarrollo industrial de las naciones occidentales enrumbándolas hacia el modernismo, pero creando graves problemas sociales al atraer a la mayor parte de las poblaciones rurales a las ciudades para vivir en condiciones infrahumanas, prácticamente esclavizada con jornadas interminables con salarios ínfimos. El comunismo por el contrario, al tratar de imponer un ideología contraria la naturaleza misma del ser humano, no le quedó más remedio que implantarse en estados totalitarios, a través de la falsamente llamada dictadura del proletariado (era la dictadura de una nueva casta monárquica), utilizando todos los mecanismo de persecución política, religiosa y social. Como el objetivo de perfección era inalcanzable o en definitiva las cúpulas o nomenclaturas del poder querían perpetuarse, nunca llegó el comunismo real. En cambio, el capitalismo, dentro de un ambiente de mayores libertades, permitió el surgimiento de partido políticos con tendencias hacia lo social (laboristas o de izquierda), propugnando más derechos sociales, políticos y de defensa de los derechos de los trabajadores y el surgimiento de movimientos sindicales y sociales (en defensa de las mujeres y de los menores de edad) de distinta naturaleza que propugnaban sociedades más justas. Estas luchas no fueron fáciles, pero fueron produciendo cambios en los países. A partir de la gran recesión de los años treintas, los gobiernos asumieron que debían intervenir en las economías y además crear mecanismos de ayuda y apoyo social y el reconocimiento de los derechos políticos a las mujeres. Por el contrario, el comunismo tenía gobiernos muy poderosos que habían capitalizado todos los medios de producción y a través de una férrea maquinaria política y propagandística pudieron justificar genocidios como los realizados por Stalin y los disparates de Mao Zedong, con su revolución cultural que logró matar de hambre a más de un millón de personas y algunos años después, la “epidemia“ de ceguera en Cuba debido al desbalance de la receta de las libretas de racionamiento de comida (a menos proteínas,  mentes más débiles y dóciles a la ideologización) o su sistema de explotación del hombre por el hombre por el cual nos venden, hoy en el siglo XXI, cara mano de obra esclava (pseudo médicos) que remuneran con los salarios de hambres que pagan en esa isla del infierno.
También han existido dictaduras de derecha (resabios de los viejos imperios y monarquías) que se diferencian de las de izquierda en lo económico y en que no hacen tanto énfasis en el control social, pero que atentan también de manera grave en contra de las libertades (a veces no resulta fácil diferenciarlas y más cuando en el comunismo el poder es vitalicio y suele transferirse por línea de sucesión, muchas veces familiar).
En nuestro país, el Ministerio de la Destrucción Agrícola tiene planeado eliminar la producción de leche y carne de más de 6.000 Has de terreno en el Sur del Lago de Maracaibo para sustituirlas por la producción, a cargo de una transnacional rusa, de plátano (sustituir proteínas y grasas por carbohidratos) y que probablemente sean para la exportación y no para el consumo local.
 Los errores y asesinatos en masa de Stalín llegaron el extremo de reprimir  violentamente cualquier disidencia interna (se estiman más de 6 millones de muertos por las purgas internas) y a los movimientos libertarios de países satélites (la primavera de Praga, por ejemplo), que produjo un sisma en los movimientos políticos de izquierda del mundo y que llevó a la creación de partidos socialistas democráticos, en contraposición al militarismo que propugnaban los partidos comunistas y ahora el partido de gobierno en nuestro país.
Momia Insepulta con sus días contados
Hoy presenciamos al oprobioso régimen de Kadafi (criminal condecorado y exaltado en nuestro país), utilizando aviones de guerra para asesinar a su propio pueblo.
También es importante resaltar que la libertad va más allá de no estar preso o esclavizado, porque élla además implica, como derecho, a la Libertad de Pensamiento, la Libertad de Conciencia, la Libertad de Expresión e Información, a la Libertad  Religiosa, la Libertad de Asociación (me asocio con quien quiero o no con quien no quiero, siempre que no constituya una discriminación ilegítima), la Libertad de Circulación, la Libertad Política, la Libertad Sindical y ahora más modernamente la Libertad Sexual. Todas estas libertades se ven afectadas en un régimen comunista que por diseño pretende eliminarlas y tener el poder de decidir por sus ciudadanos y obligarlos por la fuerza a aceptar una sola ideología y pensamiento, una sola versión informativa que es la del estado, a pertenecer al partido de gobierno, so pena de discriminación y pare usted de contar.
 Reaccionario capitalista
 en huelga de hambre
 por  órdenes de la CIA
 (versión VTV)
Ayer Mahatma Gandhi se enfrentaba al poderoso Imperio Británico solo con su cuerpo expuesto al confinamiento en las cárceles o sometiéndolo a varias huelgas de hambre, pero logró su cometido. Hoy los valientes estudiantes venezolanos se enfrentan a la maquinaria política y comunicacional más poderosa de latinoamérica (tiene la chequera de PDVSA para mentir sin parar), los acusa de falsos, reaccionarios y de agentes de la CIA. Para ellos todo nuestro apoyo por la lucha en defensa de los derechos a la libertad y la justicia en nuestro país. Como dijo Churchill: "Nunca ha habido tanta gente que tenga que agradecer tanto a tan pocos". La patria estará siempre orgullosa de estos sus hijos predilectos. 
Ahora estos regímenes están en peligro porque la globalización, y muy especialmente la que se refiere a las tecnologías y al acceso casi generalizado a las comunicaciones, ha permitido que las grandes mayorías dispongan de información variada y de orígenes inimaginables, con el acceso al manejo de tecnologías a bajo costo, que echan por tierra las políticas de desinformación y de mentiras que han permitido durantes muchos años que puedan engañar a los pueblos.
Las normas internacionales que hoy permiten perseguir a los genocidas, a los que cometen delitos de lesa humanidad, o delitos de narcotráfico o de apoyo al terrorismo en  prácticamente  todas partes del mundo y la posibilidad de incautarles sus fortunas mal habidas, aunque las escondan en “paraísos fiscales”, les ha quitado piso de apoyo a los tiranos quienes no cuentan en su mayoría con fuerzas armadas dispuestas a masacrar a sus pueblos, salvo en Iran y Libia, ¡por ahora!.
Lo que ha sucedido en este año en Tunes, en Egipto y ahora en la mayoría de las demás dictaduras del Medio Oriente se va a regar por el mundo y las tiranías como la China, la de Corea del Norte, Bielorrusia, la de Cuba y la de nuestro país, en donde el gobierno ha pretendido comprarnos nuestra libertad, tienen contados sus días.
Están soplando vientos de libertad y democracia, la hora de los autócratas está tocando a su fin.

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